Festejo, Narración oral, Presentación

La Maestra Rosa Martha Sánches cumple 30 años narrando – Monterrey. México

El 27 de Agosto es el festejo!!

Conocí a La Maestra Rosa MarthaSánches, bueno, primero conocí su voz, en agosto del 2018 cuando recibí su llamado. Del otro lado,su tono encantador, invitándome a participar en marzo de 2019 a su XXVII Festival Internacional de Narración Oral – HablaPalabra – Nuevo León, Monterrey – México. Una experiencia enriquecedora junto a un grupo humano maravilloso – Las Tejedoras de Imágenes – Las distancias no nos detienen en seguir compartiendo, las redes sociales, los mensajes por WhatsApp hace que nos sintamos cerca, porque el cariño y admiración por ella crece y crece. Así llegamos a compartir sus primeros 30 años y como corresponde vamos a festejarlos! Mireya Leal Isida fue mi cómplice para ayudarme a contar su historia compartiendo una entrevista donde Rosa Martha cuenta en primera persona.

Comencemos!!

Desde hace 30 años en Monterrey Rosa Martha Sánchez, Tejedoras de Imágenes agrupa a gente dedicada a actividades diversas que tiene en común la pasión por narrar. Mireya Leal Isida, por ejemplo, es cirujana dentista; Josefina Benavides es comunicadora. También hay hombres: Rafael Bourguet es ingeniero y profesor en el Tec. César Zapata es maestro jubilado.

  • Tejedoras de Imágenes agrupa a gente dedicada a actividades diversas que tiene en común la pasión por narrar. Foto: Velia de la Cruz

¿Quién es y cómo comenzó su historia?

  • Rosa Martha Sánchez (der.) escucha a María Eugenia Llamas «La Tucita» en el taller que tomó con ella para ser narradora oral. Foto: Cortesía

Hija de Ernesto Sánchez Martínez, escritor, periodista y formador de páginas en diarios de la Ciudad de México, y quien la llevó a enamorarse de los libros y la lectura, Rosa Martha nació en esa capital. Antes de ser decana de la narración oral en Monterrey su negocio con su esposo era de venta de artículos para tenis en la Colonia Del Valle.

Un día, sin embargo, todo cambió.»En 1990 terminó un ciclo de mi vida: de ser esposa, madre, abuela postiza y demás cosas estaba buscando a qué dedicarme y lo encontré», cuenta. Tenía 52 años.

«Lo recuerdo bien: era el 27 de agosto de 1990 que andaba por la Biblioteca Central cuando vi un anuncio de algo que no supe bien qué era y que invitaba al Teatro Monterrey. Llegué y al entrar vi en el escenario a un señor gordo, gordo, con el pelo rizado y de un hablar muy ‘españolao’ que contrastaba con lo que estaba diciendo», dice e imita la voz aguda de aquel personaje: «Y me das un espejo para mirarme y un peine para peinarme y guárdame estas tres manzanas...».Era Antonio González Beltrán, fundador del colectivo La Carátula, de España.

Rosa Martha vio a otros narradores, pero cierra los ojos y sólo ve al cuentero fallecido en el 2013. Más tarde apareció María Eugenia Llamas «La Tucita» (1944-2014), pionera de la narración oral en la Ciudad y organizadora del encuentro. Tan interesada estaba que asistió con una amiga a la clausura del evento en los jardines de Cervecería.

«Fui con una amiga y escuché a Carolina Rueda, de Colombia; a Francisco Garzón, de Cuba, así como a otros cuenteros mexicanos. Luego al final apareció un letrero: ‘Nos ‘encuentaremos’ en Barquisimeto’, que más tarde supe convocaba a otro encuentro en Venezuela».

Rosa Martha volvió a casa picada por la curiosidad. Al día siguiente su amiga le habló por teléfono:»Me sentí feliz, como nunca antes en mi vida», evoca.

«¿Ya viste el periódico…? Dice que ‘La Tucita’ va a enseñar a contar como los locos esos que me llevaste a ver».

Recuerda Rosa Martha: «Más tardé en colgar que en ver el periódico y llamarle a ‘La Tucita’ para inscribirme en su taller».

El curso fue en la Casa del Sol y la Luna, un lugar bohemio que tenía Paty Guerrero y donde Rosa Martha descubrió la maravilla de la narración oral. Su «graduación» fue contar un cuento en la Plaza de la Purísima y eligió uno que le solía narrar a su hermana Marcela, 14 años menor que ella, cuando vivían de niñas en la Ciudad de México: «El príncipe feliz», de Oscar Wilde.

«La Tucita» sugirió a los integrantes del curso ponerles nombres a los grupos si llegaban a formarlos, así que Rosa Martha y Angélica Coronado, otra asistente hoy integrante de Baúl Teatro, denominaron Tejedoras de Cuentos al esfuerzo que, más tarde, cambiaría a Tejedoras de Imágenes.

«Encontré algo que, más que un trabajo, era un quehacer que provenía del corazón, del alma», sonríe Rosa Martha.»Para ese momento ya era consciente de qué rumbo quería para mi vida. Al principio no, pero las cosas fueron llegando y poco a poco fui entendiendo lo que la narración oral iba a tener de trascendente en mi vida y a mis 50 y tantos años. Y resurgí».

Ambas continuaron su profesionalización con cursos de voz, dicción y expresión corporal. Para el verano de 1991, Rosa Martha y Angélica se encontraban en Barquisimeto, donde entablaron relación con más cuenteros.»Ahí conocí a Haydee Arteaga, ‘La señora de los cuentos’, una narradora ya centenaria muy popular en Cuba», cuenta Rosa Martha.Como sus familiares se encontraban en la Ciudad de México, le era fácil asistir a cuanto encuentro y curso había en la capital, por lo que se fue relacionando con exponentes del género.

Tras la salida de Angélica para incorporarse a Baúl Teatro, por mucho tiempo Tejedoras de Imágenes fue únicamente Rosa Martha: «Entraba y salía gente porque, como en todo, unos se van, otros se casan, se divorcian, tienen hijos».

En el 2005, el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes apoyó su proyecto «Cuentos contados: una puerta a la lectura», en el que difundió talleres para contar historias con técnicas aprendidas a la narradora Vivianne Thirion.A partir de esos años llegaron algunos de los que se quedarían hasta hoy. Buena parte, agrega Rosa Martha, asiste a sus talleres para mejorar la expresión oral en sus profesiones, pero al saber que la intención es otra: contar cuentos, unos se van y otros se quedan.

La idea en Tejedoras de Imágenes, explica Rosa Martha, no es contar el cuento tal como está escrito, sino hacer una versión propia del mismo para llevarlo a la oralidad.

«Ésta es la parte que más me gusta del trabajo: el de escritorio», dice Mireya Leal Isida. «La idea es adentrarme en mis sentimientos, emociones, pasado, reconectarme con mi historia personal, y a partir de ahí contarlo con emoción».

El colectivo está integrado por 20 personas que, tras cursar un taller con Rosa Martha, se sumó a las presentaciones habituales del grupo en espacios como la Biblioteca Central Fray Servando Teresa de Mier, Distrito Tec y la librería del Fondo de Cultura Económica. También suelen ir a encuentros nacionales e internacionales en representación del grupo.

Además, son responsables de organizar el festival internacional de narración oral Hablapalabra. Pero la troupe lo mismo asiste a hospitales, casas de reposo y museos que a prisiones, plazas.

«Pero aquí siempre nos encontrarás, todos los sábados a las cinco de la tarde», sonríe Rosa Martha y señala el vestíbulo de la Biblioteca Central situada en la Gran Plaza.

«A veces los paseantes no quieren entrar, se les hace raro ver a tanto loco diciéndoles que pasen a escuchar historias, pero cuando les decimos las palabras ‘cuentos’ y ‘gratis’ ¡no lo dudan más!».

Hoy a las Tejedoras ya les sucede que jóvenes a los que les contaron cuentos en la infancia en escuelas o en espacios públicos se los encuentran en la Feria Internacional del Libro o en otros lugares y les agradecen haberles mostrado el fascinante mundo de las historias contadas.

«Me emociono, ¡es mágico!», expresa Rosa Martha. «Esto quiere decir que algo estamos dejando, que todo esto que hacemos desde el corazón ha valido la pena, y es que así debe ser: contar cuentos viene del alma».

Es así como dijo la Maestra:contar cuentos llena el alma.Felicitaciones por estos 30 años caminando de la mano de las historias, seguramente que habrá mucho más por recorrer. Mi admiración por su trayectoria. Gracias por lo compartido durante el Festival fue MARAVILLOSO!

Puntuación: 1 de 5.

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Narración oral, Nota, Sección: Viaje a... Nos cuenta...

Viaje a México

Nos cuenta Penelope Rivera

Nos conocimos por redes sociales y a través de un grupo de Whatsapp. Se que es referente en su país, le escribí para proponerle realizar esta nota de la nueva sección: Viaje a… Nos cuenta…. y enseguida me respondío que sí!! Empecemos el viaje a México a través de sus palabras… Se la presento!

¿Cómo ves el movimiento de la Narración Oral en tu país?

La Narración Oral en México está en un buen momento, gracias a las narradoras y narradores que desde hace unas tres décadas, lograron que tuviera el reconocimiento que necesitaba, cobrando fuerza y construyendo academia. Lograron significativos avances en cuanto a investigación, formalizar la educación y consolidar importantes festivales. Creo que se está cosechando. Existen escuelas formales e informales, publicaciones en la materia, y universidades albergando proyectos para la formación y actualización de nuevos narradores.

La narración oral ha tomado el lugar que le correspondía en las artes escénicas, ha contribuido al desarrollo infantil y por su gran posibilidad de articular otras disciplinas, como la literatura y la música, es una pieza clave en el fomento a la lectura y la interdisciplina. A lo largo de estos años, se han tenido avances significativos, pero tenemos que hacer más y generar nuevas perspectivas, corrientes pedagógicas y una apertura a los ritmos y tecnologías de las nuevas generaciones. Año con año somos más narradores, profesionales o aficionados, en su mayoría mujeres, y muchos dedicados a las infancias. 

Una parte importante de narradores viene de la docencia, otra viene del teatro o la literatura y con los programas de abuelos cuentacuentos, muchos de ellos son de diferentes formaciones. Por fortuna la narración oral, es una disciplina que fusiona la capacidad de oralidad de la persona, y la adquisición de técnicas y métodos. Incluso hay muchas narradoras y narradores orales en el país, expertos en abordar temas o trabajar con públicos específicos de edad y grupos vulnerables, o quienes trabajan desde la perspectiva de género, la promoción de derechos, por citar algunas. Por momentos la narración oral es intermitente en cuanto a movimientos colectivos, algunos se diluyen o llegan a cumplir su periodo, pero siempre hay propuestas y organizaciones.

El confinamiento, permitió, de forma acelerada que la narración sea el vehículo perfecto para compartir historias, no solo en México sino en el mundo, creo que surgieron propuestas y proyectos notables, de buen contenido, canales y páginas en redes sociales de muchos compañeros, e incluso la mayoría de los creadores de casi todas las disciplinas artísticas y educativas, han tenido que acudir a la narración oral. Creo que tenemos mucho que contar y seguir contando.

¿Cómo es el panorama en relación a los espacios donde se narra?

Existen muchos espacios culturales y educativos que programan a narradores orales, en su mayoría dedicados a la niñez o la historia, sobre todo en las ciudades o áreas urbanas, pero falta mucho por hacer.

El país es muy grande y diverso, desde climas, territorios, culturas y ideologias por citar algunas diversidades, evidentemente con las diferencias entre lo rural y lo urbano, y aunque existen importantes iniciativas en todo el país, la sustentabilidad de los proyectos es el problema para la continuidad, ya que faltan presupuestos para sufragar los gastos, y las personas están acostumbradas a la gratuidad, un círculo vicioso de no pagar y no cobrar.

Existen muchas iniciativas de colectivos, cafeterías, foros independientes, bares y restaurantes, que por periodos contemplan la programación de narradores orales, pero no es constante o permanente, por las mismas causas que comentaba, de la sustentabilidad. En la mayoría de los casos, son los mismos narradores y sus colectivos, quienes gestionan los espacios y hacen temporadas.

Todavía nos falta mucho por hacer y explorar. Abrir espacios, narrar para adultos, formar nuevos públicos, ofrecer opciones para tener otros mercados, ya que la narración es una disciplina tan amigable como amplia y sobre todo llena de emociones.

¿Cómo es el panorama en relación a los diferentes públicos que asisten a los espectáculos de narración oral? 

En cuanto a infancias, tenemos una buena formación de públicos, se programa narración oral en salas de lectura, bibliotecas, escuelas, guarderías, festejos y efemerides, jornadas, ferias del libro, librerías, festivales infantiles y fiestas privadas, digamos que existe un buen panorama, formación, asistencia y mercado, tanto de gobierno como de iniciativa privada. Creo que en casi todo el país, sobre todo en zonas urbanas existe la misma condición, con sus excepciones. Hay programas de gobierno y muchas editoriales que programan narradores para la promoción de sus publicaciones.

En relación a otros públicos de edad o regiones, nos falta promoción. Aunque un buen porcentaje de narradoras y narradores trabajan con adolescentes y adultos, las instituciones artísticas, culturales o educativas, o los espacios de esparcimiento no siempre programan narración oral para los mayores, hay un prejuicio de creer que los cuentacuentos son solo para la niñez.

¿Los organizadores culturales del estado de tu país promueven la Narración Oral con identidad propia, o la incluyen como parte accesoria de otras disciplinas artísticas?

Hay muchos programas de promoción de la lectura donde la mediación y la narración oral se vuelve pieza clave para la identidad del país, y es el estado, el que mayor oferta provee, aunque también hay otras organizaciones sociales o editoriales que lo hacen. 

La mayoría de programas son enfocados a la publicación de libros, más que de narradores orales, y están a cargo de la Secretaría de Cultura Federal o las representaciones en los estados (provincias, alcaldías y municipalidades), algunos promueven a escritoras y escritores mexicanos, mitos y leyendas de tradición étnica, indigena o de pueblos originarios. También hay publicaciones de mujeres o personajes destacados de la historia. O mitos urbanos de nuevos imaginarios colectivos. Sin embargo la narración oral queda a cargo de narradores con formación, que transmiten a través de la oralidad estas publicaciones o leyendas de la transmisión oral que pasa de boca en boca, pero hay pocos narradores de origen etnico, y no es que no existan, es la centralización, la que invisibiliza sus voces. Sin embargo hay muchos narradores que desde su comunidad, realizan importante labor, pero no es el estado quien promueve, son ellos con sus colectivos y medios al alcance.

En cierta medida es accesoria, y creo que tiene que ver con voluntades de la política cultural en turno. Ha habido programas que albergan esta transmisión oral desde las voces de los pueblos o las comunidades, o en forma conjunta con narradores de las zonas urbanas especializados en la materia, pero pierden continuidad por los cambios de gobierno, las reformas o los recortes presupuestales. 

Cabe destacar que existen sesenta y ocho pueblos indígenas, con sus lenguas originarias y variantes dialectales, once millones de habitantes. Aunque hay publicaciones en todas las lenguas, se han centrado en la literatura, sin tomar en cuenta la narración oral. Tenemos mucho que trabajar desde esa parte.

¿Qué tipo de repertorio utilizan la mayoría de los narradores? Me refiero si cuentan tradición oral o cuentos de autor

Considero que narramos de ambos repertorios, muchas narraciones o mediaciones de lectura son de autores, y muchas desde la tradición oral o desde la inventiva, por fortuna habemos de todo tipo de narradores en el país. Un mayor porcentaje trabaja con autores, porque en su mayoría son programas de fomento a la lectura o las artes. Pero en otras áreas, más acercadas a las lenguas indígenas u otras disciplinas, se basan en la tradición oral. Creo que a la mayoría de narradoras y narradores nos gusta narrar ambos repertorios, no se comparan, ambos tienen sus maravillas e imaginarios.

¿Cuáles son los autores favoritos a la hora de narrar? ¿Cómo manejan el tema del derecho de autor? ¿Solicitan autorización para contar sus obras?

Creo que nos influimos de las publicaciones de la época, autores que están premiados o tienen acuerdos para publicaciones en el país, como lo es el Fondo de Cultura Económica y el acervo de la Dirección de Publicaciones, que constantemente cambia por los periodos de gobierno. Narramos de todo. En general hay dos criterios, por un lado el repertorio y elección de cuentos del narrador oral, que puede juntar autores y publicaciones de varias épocas y autores, porque su sesión gira en torno a un tema, o bien por encargo en donde se desempeña, que va desde salas de lectura, bibliotecas, librerías, jornadas con editoriales, ferias, festivales, etc. donde solicitan sea narrado el material que tienen o promueven. Algunas ferias, solicitan que narres cuentos que promuevan su colección, algunas con una excelente curaduría y mucho material para poder escoger y contar, cuyos derechos autorales, no son un problema.

Hay quienes narran puros cuentos clásicos y hay quienes narran puros contemporáneos.

Creo que falta comunicación con los autores, es un país grande y no todos los cuentos son nacionales. Lo que sí, en la mayoría de las sesiones de cuentos, se dice el autor y la editorial, y aunque sea una versión adaptada a la narración oral, se hace mención del cuento original.

Hablemos de festivales.¿Cómo se organizan, qué características tienen en tu país? 

La mayoría de los festivales especializados en narración oral, son independientes, aunque tengan convenios, subvención o financiamiento del estado. Son iniciativas de organizaciones, colectivos y agrupaciones con mucha o poca trayectoria que año con año emprenden en realizar una buena programación de narradores nacionales y extranjeros, además de charlas y talleres. Hay grandes proyectos consolidados desde hace tres décadas, como FINO Cuentalee, AMENA AC y Palabras al viento, entre otros, a lo largo y ancho del país. Cada uno, tiene sus encantos y maravillas. Algunos festivales los organiza el estado a través de sus instituciones, pero a mi punto de vista, los mejores son las iniciativas independientes y comunitarias. 

En todos los estados existen festivales culturales del estado e independientes, estatales y locales, y en su mayoría, contemplan dentro de su programación la narración oral.

También tenemos ferias del libro en todo el país, donde algunas contemplan la narración oral dentro de su programa al público, con sus excepciones de libros de ciencias, que a veces pueden tomar en cuenta a la narración oral.

Existen también en casi todos los estados, jornadas y caravanas, que se realizan de forma eventual, dependiendo quien las promueva o financie, como es frecuente se diluyen por falta de presupuestos, continuidad por cambio de gobernantes o voluntad política.

Digamos que el país está lleno de opciones de todo tipo, donde se contempla la narración oral, o especializados y temáticos, sin embargo, habemos más narradores que festivales.

Tenemos mucha oferta cultural, pero el país es tan grande y diverso, que demandamos más allá de la oferta que existe. Nos falta mucho por emprender y abarcar.

¿Qué es para vos, contar cuentos? ¿Qué es la Narración Oral?

Para mi, la narración oral lo abarca todo. Contar cuentos e historias de la tradición oral. Narraciones basadas en autores. Espectáculos de narración oral, con más elementos de interdisciplina, nuevas tendencias de narración oral, fusión con otras disciplinas escénicas, como danza, cabaret, música, etc.. Narración oral con mediación de lectura y fomento lector. Video-narraciones. También es academia, investigación, centros de formación, publicaciones, foros, charlas, círculos, conferencias y otras opciones para compartir conocimiento y reflexionar sobre el tema. Desde luego es cuentacuentos. Contar cuentos requiere de conocimientos de todo tipo, empíricos o escolarizados,  todos ellos forman parte de un contador de historias. Creo que muchos, cuando menos en mi país dividen la narración oral de contar cuentos, porque, aunque se realiza la misma acción de contar un cuento a través de la oralidad, el cuentacuentos a veces tiene contenidos comerciales, clichés y réplicas de las grandes empresas del entretenimiento.

Contar cuentos para mi, es narración oral, aunque en la narración oral se puede integrar otras formas literarias que no son exclusivamente el cuento.

Cuéntanos cómo comenzaste a narrar. ¿Quiénes fueron tus maestros?  ¿Qué es lo que tiene que tener el cuento para que sea perfecto para incorporarlo en tu repertorio? Con la pandemia, ¿cómo sigue el trabajo de los narradores?

Tratare de responder por pregunta, porque me parece que son varias y distintas, aunque en el mismo tenor.

Comencé a recitar desde niña, y a leer en voz alta. Luego comencé a ser narradora oral hace unos veinticinco años, primero como lectora en voz alta y tomé talleres en el Instituto de Cultura del Distrito Federal, tuve un libro club y ahí practique bastante, pero antes de este primer curso de lectura en voz alta y narración, fui maestra de preescolar desde los quince años, primero de auxiliar, luego interina y luego tuve grupo durante cinco años. Crecí en una escuela, mi madre tenía un colegio privado, cuyo sistema era escuela activa. Aprendí en la observación y la práctica, que la narración oral, es una de las mejores herramientas pedagógicas para abordar temas. Al principio trabajé con mi madre, después en el Gobierno del Estado de México y colegios privados. A diario, sin ser consciente del todo, abordaba los temas con cuentos. Fui maestra de taller de ciencias del Sistema de Aprendizaje Operatorio también en preescolar, y diario, contaba historias de animales y fenómenos de la naturaleza, de esa forma era divertido para mi y para ellos. Sin embargo era una herramienta didáctica, pedagógica y metodológica. Creo que ahí comenzó. Posteriormente fue el libro club, luego comencé a dar sesiones para el Programa Alas y raíces a los niños mexiquense, y seguí narrando en donde me invitaran. Antes, no me acerqué al gremio de la narración oral, porque me formé como gestora cultural, casi a la par, y gran parte del tiempo me dedico a ser coordinadora o líder de proyectos artísticos y culturales. En la narración oral, soy autodidacta, y cada año curso un taller de actualización de artes plásticas, de narración oral y de gestión cultural, el año pasado tomé talleres con Mamita de León, Claudio Ledesma y Sakiko Yokoo, Y este año con Hena Carolina, Armando Trejo y creación literaria con Mauricio Carrera. Nunca se deja de aprender, es bueno actualizarse.

Cuando voy a seleccionar un cuento, lo primero que busco es que salga de la línea, que tenga puntos de ruptura, ópticas de imaginarios distintos, ya sea por el tema, por los personajes, por que habla de diversidades o es un anti-cuento. También me gustan los cuentos cortos, repertorios que permiten saltar de un cuento a otro dejando descansar al público, aunque admiro esos montajes de un solo cuento largo. Mi estilo es de chismosa, me gusta hacerle creer al espectador, ya sea en su asiento o a través de la cámara, que sucedió, meterlo a la ficción. Me gusta apropiarme de los cuentos y contextualizarlos a mi entorno o el de mi público. También me gusta contar anécdotas de personas que me cuentan o me pasaron, sobre todo las de fantasmas, me gustan más que las leyendas, incluso me encantaría que se volvieran un imaginario colectivo como las leyendas, sería feliz de escuchar en alguien más qué pasó eso. 

Yo formo parte de la Compañía Fonámbules del teatro, somos una familia de comediantes que desde hace veintiséis años hacemos teatro en interdisciplina. Convivir a diario con mi familia, me ha generado muchas posibilidades, porque el clown es una de las técnicas base de nuestra compañía. Mi narración oral siempre gira en torno a la comedia, soy chistosa de forma natural. Últimamente trato de hacer otros géneros, ya que siempre cuento para niñas y niños, lo cual es mi fuerte, pero he empezado a narrar relatos eróticos o trágicos, tengo mucho que explorar aún. Siento que aunque llevo varios años narrando, soy nueva en la narración oral.

Miro dos lados del confinamiento por el COVID 19.

Por un lado, está fatal. La pandemia nos paralizó. Vivimos incertidumbre, falta de ingresos y trabajo. Muchos programas cancelados y proyectos caídos. Fondos de cultura destinados a otras áreas. Un panorama triste para el sector cultural y educativo. 

La narración oral se lleva a cabo en lo colectivo, escuelas, bibliotecas, salas, teatros, etc. espacios cerrados, donde las opciones se reducen y modifican. Quienes se dedican solo a narrar, y no se metieron a la fila de los pocos contratados, o forman parte de la mafia cultural, no les está siendo nada fácil el confinamiento.

Esta situación, ha generado una rápida mudanza a las actividades on line, con los retos que representa el analfabetismo digital, aun para los millennials, porque no hay lugar a donde la tasa de transferencia o transmisión no esté saturada, o los dispositivos no sean ideales.

Por otro lado, la narración oral encontró en las redes sociales, un espacio de visibilización importante. Quienes no se dedican a la narración oral, están contando cuentos para expresarse. Y es que la narración oral no se hace en lo colectivo, como otras disciplinas artísticas, por eso existe tanta producción de cuentacuentos en las redes. He visto con gusto, crecer canales, páginas y seguidores de proyectos, muchos narradores producir con habilidad, generando espacios de expresión, comunidad y academia en lo virtual. Ha sido muy grato contar con públicos de muchos lugares del mundo, y ser espectadora de otros creadores de américa latina y tejer redes. Esta mudanza apresurada y caótica en sus inicios, ha ido tomando forma y rutas para su desarrollo, de manera más sencilla, que a otras disciplinas, que no pueden llevarse a cabo desde casa. Digamos que los imaginarios, circulan ahora por las redes, y aunque digamos en el gremio, que hay demasiados video-cuentos, son pocos comparados con videomemes de youtube y tiktok. Celebro el nivel de participación,  cada vez mayor y de todo tipo de calidades y contenidos.

En la comunidad virtual, también tenemos mucho que hacer, y emprender para tener mejores resultados.

Puedes dejarnos tu página Web o tus redes sociales para que los lectores puedan contactarse contigo

Desde luego me encuentran en Facebook: @PenelopeRiveraAc  También en Instagram: @penelope-rivera-ac

Y para terminar:  Un deseo  que quieras compartir con nosotros.

Deseo que se acerquen a la narración oral, ya sea como público, utilizando la narración como una herramienta que fortalezca su trabajo, para ser profesionales o simplemente como un espacio de expresión, para seguir contando las miles de historias que aún no han sido narradas.

Agradezco la entrevista y mando un abrazo fuerte desde esta coordenada.

Muchas gracias a tí, Penélope. Siento que me envuelve ese tono mexicano, ese decir bello en cada una de tus palabras. Que los cuentos nos encuentren y las historias nos sigan hermanando.

Puntuación: 1 de 5.

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Entrevistas, Narración oral, Presentación

CANOA – Conversaciones Acerca de la Narración Oral Actual

Un nuevo ciclo de conversaciones con diferentes referentes de la narración oral.

Ellas en sus redes definen así, que es CANOA: «Una canoa es una embarcación pequeña que se mueve con el impulso de la fuerza humana. Quienes la propulsan con palas de madera de una o doble hoja, se ubican en ella mirando hacia el destino». Subamos a este viaje de palabras, de reflexiones y de encuentros. La invitación parte desde Argentina para llegar acompañados a diversos países.

 ¿Quiénes son las integrantes de CANOA? ¿Se pueden presentar?

Somos Sasa Guadalupe y Laura Finguer

LF: siempre me definí como  narradora oral pero hace un tiempo que la palabra cuentera se me viene acercando.  Soy parte del dúo  Verdevioleta Cuentos con Silvina Mennuti, con quien hacemos presentaciones y damos talleres.   Ahora, estoy en este proyecto con SASA  haciendo andar la CANOA.

SG: cuentera, por qué? Porque creo que la palabra Cuento es amplia y tiene dentro de todas sus redondeces todas las historias desde el principio de los tiempos; todo cuenta y todo nos contamos, el día, la vida, una anécdota, una leyenda, la familia, un mito, la historia, saberes, un libro y … y puedo seguir con las expresiones que «nos cuentan» el teatro, la música y…y las actuales que podemos seguir nombrando, porque de lo que hablamos es de transmitir algo de lo que nos pasa. Eso es cuento. Como Laura hago varias cosas, pero de las que son de esta olla: hago recopilación oral y por eso llegué a crear el Encuentro Anual Int. De Trad. Orales TANTA oralidad, me nutro de todas las fuentes que me rodean para gestar espectáculos y repertorios que realizo (casi permanentemente) en gira, para todas las gentes. Comparto talleres y estas inquietudes que sugerimos en CANOA las tengo desde siempre. No pierdo oportunidad de formación y de mantener estas charlas con estxs y otrxs colegas. La pandemia  nos sacó del encuentro presencial y nos mostró esta posibilidad  de hacer uso de la red para materializar estas conversaciones que veníamos deseando con Laura Finguer.

¿Cómo surgió la idea?

CANOA surge de conversaciones que teníamos entre nosotras y con otres colegas en las que intercambiábamos búsquedas personales, preguntas, reflexiones acerca de la praxis en el oficio y en nuestro hacer.

Nació de la necesidad de expandir el ámbito de esas conversaciones a otres a quienes podría interesarle no solo contar y/o escuchar historias sino bucear en el oficio y profundizar acerca de diversas cuestiones que hacen a la práctica y al pensamiento que nutre el hacer. Para eso invitamos a colegas a quienes les pedimos que aborden específicamente algunos tópicos que son sobre los que veníamos conversando entre nosotras y con la mayoría de elles. Cada invitade puede abordar cada uno de los tópicos que en esta ocasión queríamos compartir, pero le pedimos a cada une que desarrolle uno en particular por lo que en sus trabajos personales plantean.

¿Qué significa CANOA?

CANOA significa Conversaciones Acerca de la Narración Oral Actual

Ya dieron los primeros pasos el 25 y 26/7, abriendo el ciclo José Campanari y Yoshi Hioki. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Se cumplieron sus objetivos en relación a la propuesta de CANOA? ¿Y en relación al contenido de la conversación de los invitados? ¿De las personas que asistieron a la sala de Zoom?

La experiencia viene siendo muy intensa. En cada encuentro la sala agotó su capacidad rápidamente y fue una alegría saber que efectivamente hay mucha gente que siente inquietud por ampliar la mirada y la escucha hacia temas que invitan a reflexionar, a preguntarse, a cuestionar/se sobre el oficio de contar

¿Qué otros invitados tienen agendados? ¿Nos pasarían las fechas para que los lectores puedan tomar nota?

El 8/8 a las 16:30 estuvieron Itziar Recalde Luzurraga de País Vasco y el 9/8 a la misma hora Claudia Stella de Argentina hablando acerca de las fuentes de nos nutrimos al contar. El 22/8 y el 23/8 vendrán Walter Díaz Ovalle y Diana Tarnofky y en septiembre Juan Madrigal y Rosana Reategui y dos invitadas más que en estos días estaremos confirmando.

¿Qué temas son los que más les interesaría profundizar? ¿Por qué?

Para este primer recorrido de  CANOA los temas que nos planteamos son: la narración oral escénica, las fuentes de las que nos nutrimos quienes contamos; el cuerpo/la voz en la narración: el uso de otros recursos; contar cuentos populares, contar cuentos literarios. Son temas que surgen de las preguntas que nos hacemos: en nuestro hacer como cuenteras/narradoras, qué contamos, cómo contamos, para quiénes contamos, con qué contamos, entre otras.

¿Cómo ven ustedes el movimiento de narradores en la Argentina?

Vemos que hay muchas personas narrando en todo el país y muchos talleres para iniciarse en la narración o para quienes ya narran. También hay festivales y actividades variadas que se desarrollan independientes unas de las otras (salvo algunos casos aislados), lo que es llamativo en una actividad que desde su origen es «comunitaria». Existe la Asociación de Narradores Argentinos que nuclea a sus asociados y el Colectivo de Narradorxs Orales en Argentina. Pero si por movimiento pensamos en una grupalidad que comparte criterios estéticos  y prácticas o que  consensúa actividades, no creemos que podamos hablar del Movimiento de la Narración en Argentina.

Este ciclo virtual ¿comenzó para quedarse, continuará luego del confinamiento?

En principio el recorrido será hasta septiembre. Este espacio de reflexión “soporta” el formato virtual y da la posibilidad de tener entre nosotres a colegas de distintas partes que de otro modo sería complicado o con altos costos, lo cual nos invita a pensarlo con cierta continuidad. 

¿Cuáles son sus expectativas del ciclo?

Que sea una puerta para quienes se acerquen; que despierte inquietudes; que invite a seguir reflexionando; que nos ayude a seguir pensando el oficio.

 Algún deseo que quieran contar.

Que siga habiendo deseo.

Que sigamos creciendo.

Para tener información acerca del Ciclo CANOA pueden contactarse al mail canoaconversaciones@yahoo.com  y por FB/Instagram de Sasa Guadalupe ó de Verdevioleta Cuentos

Muchas gracias Sasa y Laura por tomarse un tiempo para responder cada una de las preguntas. Las felicito por invitarnos a navegar junto a reconocidos invitados del mundo de La Narración Oral para re-pensar nuestro oficio. Las preguntas nos hacen reflexionar o volver a mirar desde diferentes puntos de vista a la Narración Oral y esta actividad que nos proponen Sasa y Laura, hace muy bien a los narradores, más en estos momentos que nos detiene al encuentro presencial, que nos mantiene estar encerrados en casa. Creo que CANOA es otra manera de perfeccionarnos, es más, estoy segura!

No se las pierdan, la plataforma de los encuentros es por Zoom, anoten las próximas fechas, y preparen sus remos para navegar en CANOA, nos vemos en el viaje.

Puntuación: 1 de 5.

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Literatura, Narración oral, Nota

¿Por qué nos gusta contar historias?

Contamos desde siempre. Desde tiempos antiguos. Contamos y escuchamos. Cada uno con sus formas y ritmos, con su propia experiencia de vida. Contamos y viajamos donde suceden las historias. Contamos y resonamos en el otro. A veces los cuentos nos develan sus secretos, nos ayudan a comprender sobre los ciclos de la vida, otras veces, nos los cuentos  nos usan a nosotros como vías para llegar a otros seres o a otros lugares del mundo. No hay un modelo a seguir, pues son los cuentos quienes nos eligen para ser contados a través de nuestra propia voz, todos somos innatos.

Las historias tienen siempre “ese gusto” diferente

Sobre todo si son reales y pasaron hace mucho tiempo. Es que los hechos pueden trascender gracias a estas narraciones, que pueden ser orales o escritas.

Hay algo que siempre llama la atención en los pueblos alejados de las metrópolis y son los relatos populares. En ellos se cuentan cosas que ocurrieron hace mucho o bien que explican un suceso en particular, como son las leyendas. Van mucho más del entretenimiento y la diversión porque sirven para conocer más sobre una cultura, un evento, una tradición.

Los neurocientíficos y psicólogos están analizando por qué nos gusta contar y escuchar historias, sin importar la edad que tengamos. Al parecer, nuestro cerebro está programado para disfrutar de cualquier relato porque influyen directamente en nuestras emociones y reviven momentos del pasado, ya sea propio o de una nación o pueblo. Una narración entonces nos genera una “conexión”, una “identificación” y por eso es que nos encantan.

Muchas de las preguntas que se plantean los expertos tienen que ver con nuestra historia como animales en sociedad. Nos gusta contar historias sobre otros y para otros. Nos ayudan a informar sobre lo que ocurrió u ocurre en nuestra comunidad, por más que sea un hecho imaginario. Permite a la vez interactuar con otras personas, que nos presten atención, enseñar sobre algo en particular. Además, los cuentos tienen el poder de la persuasión y motivan a experimentar diversas emociones y hasta de generar empatía.

Una fábula es algo universal, no sabe de épocas, costumbres, idiomas o religión. En todas las culturas de la historia se han desarrollado por diversos motivos. Los antropólogos encuentran todo el tiempo cuentos populares en una cueva, un pedazo de cuero, un campo con piedras, etc. Pueden estar en sánscrito, en sumerio, en egipcio o en latín, pero lo cierto es que todas las civilizaciones humanas entretejieron sus propias historias, muchas de ellas, similares entre sí aunque las separan siglos o miles de kilómetros.

En la antigüedad era común que se narrara sobre lo ocurrido ese día o bien sobre un hecho “destacado” de la comunidad: las salidas de caza, las recolecciones históricas (por llamarlas de algún modo), el momento en que entre dos hombres pudieron hacerle frente a un mamut, etc. También era frecuente contar sobre los fenómenos naturales en forma de leyenda, como ser por qué la luna es redonda algunos días del año, el poder de la lluvia o las razones por las que sale el sol cada mañana.

Los orígenes de los cuentos pueden tener una relación en nuestro pasado evolutivo. Han pasado miles de años y la mayoría de las personas afirman que las mejores historias son las que se transmiten de generación en generación, las que no suelen estar escritas. ¿Por qué? Básicamente porque tienen algo diferente, una interpretación del que las narra, un poco de emoción y hasta de ficción. El “transporte narrativo” como lo llaman los psicólogos es el que permite viajar por el tiempo, imaginar que estamos en ese preciso momento en que sucede la historia, involucrarnos con el personaje principal, entender por qué actuó de una forma y no de otra, etc.

Las tres ideas que hasta el momento se han desarrollado en relación a la empatía por contar y escuchar cuentos

1-Relatar o narrar es inherente a todo ser humano, algo universal. Las historias contienen temas en común a cualquier civilización, sin importar el momento en que aparecieron, el idioma, el lugar o la religión o creencias.

2-Las características de los relatos y la afición natural por ellos nos revelan algunas claves sobre la historia evolutiva del hombre, así como también el origen de las emociones y la empatía, todas presentes en nuestra mente.

3-Los estudios sobre el poder que tiene la narrativa para influir en las ideas y creencias todavía tiene un largo camino por recorrer, pero hasta el momento han descubierto cosas fantásticas, como por ejemplo los análisis mentales que hacemos, la relación e identificación que tenemos por esa historia en particular según nuestras experiencias y vivencias y cómo podemos aceptar ideas nuevas.

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Claves para, Narración oral, Nota

De principios y finales

Aproximación a las fórmulas de inicio y cierre de cuentos

Como tantos otros elementos de la tradición oral, las fórmulas de comienzo y cierre de cuentos, otrora tan valoradas, se han visto afectadas por el paso del tiempo y, como consecuencia, por la debilitación de la memoria y los cambios de gustos e intereses. Así, en las últimas recopilaciones de folclore narrativo las encontramos reducidas a su mínima expresión y, en los formatos contemporáneos del cuento oral, los narradores suelen prescindir de ellas al ejecutar sus repertorios, sobre todo cuando estos van dirigidos a público adulto. Estas fórmulas, además de servir como pequeño divertimento de lenguaje, actúan como llaves metafóricas que abren y cierran un mundo paralelo de ilimitada elasticidad espacio-temporal, un universo en el que todo puede ocurrir y del que el narrador procura distanciarse con la pronunciación de determinadas palabras. Algo que nos conecta con épocas en las que, según cuentan, el relato, lo cotidiano y lo sobrenatural caminaban de la mano y que, en una secuencia de paralelismo evolutivo, tienden cada vez más a desaparecer. En la tradición oral hispánica, podemos encontrar cierta variedad de fórmulas de inicio y cierre de relatos, unas procedentes de la cadena oral y otras como resultado de la invención personal de cada narrador. A continuación incluiré algunas de ellas, entresacadas de colecciones de cuentos tradicionales de diversas bibliografía.

Fórmulas de inicio

El empleo generalizado del pretérito imperfecto en las fórmulas básicas de inicio concede al cuento oral un valor poético añadido: Había una vez, Érase una vez, Érase que se era, Una vez era, Esta vez era, Era vez que, Era vez y vez (y su variante s) Esto venía a ser, Dicen [cuentan, resulta] que había, Esto quería ser, Esto había de ser, Vivían una vez… Con este uso se resalta la permanencia de los hechos en un pasado indeterminado y amplio, revistiéndolos de un halo de misterio ante el que no interesan aspectos como la fecha exacta de los acontecimientos, el momento y el lugar históricos o asuntos paratextuales como quién fue el primer cronista o el recopilador del relato. Nos basta con saber que los extraordinarios hechos que se nos van a presentar sucedieron pero no acabaron, estando conectados aún con nosotros.

Estas fórmulas fijas dominantes basadas en ese uso casi ritual del tiempo verbal se suelen ampliar y combinar de diversas formas:

• A mí me contaron una vez que era • Una vez dicen que dijeron que había • Esta era una vez que había • Pues vamos a ver que dicen que había una vez • Cuentan que cuentan que me contaron

En bastantes ocasiones los informantes se centran en aportar ambiguos datos geográficos…:

• En cierto pueblo • En un pueblecito de … • En cierto país ¡muy lejos, muy lejos!, que de lejos que era ya no me acuerdo ni dónde era • En la tierra del olvido, donde nadie se acuerda ya de nada • Allá, en un país muy lejano • En el sitio donde Cristo fue a dar las tres voces • Allá por donde San Pedro perdió el gorro

… o temporales:

• Hace mucho tiempo • En tiempos / En tiempos malos • En tiempos muy remotos • Esto ocurrió hace mucho tiempo, y así como me lo contaron a mí os lo cuento yo a vosotros • En cierta ocasión / Cierto día • En aquellos años en que se pasó muchísima hambre • Cuando Dios [Jesucristo y San Pedro] andaba por el mundo • Esto que os voy a contar sucedió hará cien años, más o menos • Hace ya muchísimos años • Cuentan que hace muchos siglos • Cuando los animales hablaban / Cuando los burros volaban, uno que lo vio me contó • En tiempos de Maricastaña • Allá por el año catapún

Y también alternan estas fórmulas de contenido con el empleo de vocativos como Pues señor o Pues mira y otras llamadas de atención más elaboradas y personales que parecen recurrir conscientemente al atractivo casi hipnótico del cuento oral:

• ¡Vayan cuentos y vengan cuentos! • Cuento va y cuento viene, no te creas nada de lo que te cuente

Incluso en algunas ocasiones se hace una tímida referencia a los agentes del acto, los narradores:

• Cuentan y no paran de contar • Cuentan los que lo vieron (yo no estaba, pero me lo dijeron) • Mi abuelo me contaba • Aquí estoy para contarte la historia

Poco más utilizan los narradores tradicionales para iniciar un cuento. No olvidemos que lo que interesa es ir lo más pronto posible al grano, a la acción, para no perder la atención de la audiencia, de ahí que no se pierdan en descripciones o distractores literarios tanto en el comienzo como en la narración propiamente dicha.

Fórmulas de final o cierre

Habrá que citar en primer lugar a quienes eligen finales sobrios:

• Y así se acabó el cuento / Y se acabó • Ahí terminó la historia • Y así ya ha terminao • Así que esto pasao, ya se acabó mi cuento / Y con esto se acaba el cuento • Y nada más / Y no pasó nada más / Y ya no hay más • ¡Ea! / ¡Ea, ya está! • Y este cuento se ha acabado / Con que ya mi cuento se ha acabado / Y ya está el (mi) cuento acabado / Este es mi cuento acabao • ¡Y chache! • Hasta que este cuento se acabó • Y ese cuento sacaron

Y luego partiremos de los conocidisimos colorín colorado y colorín colorete y de sus combinaciones básicas:

• Colorín colorado, cuento acabado • Colorín colorado, este [mi] cuento se ha acabado • Colorín colorado, este cuento está acabado • Y el cuento colorado ya se ha acabado • Y este cuento colorao por mi boca se ha escapao • Así que esto pasó, ya mi cuento se acabó • Y colorín colorete, el cuento se hizo cohete • Colorín colorao, colorín colorete, por el bocín salió un cohete

A estas fórmulas, conocidas por todos, los narradores suelen añadir pequeñas rimas que pretenden provocar una sonrisa en el auditorio, sobre todo cuando este está compuesto de gente menuda:

Colorín colorao, cuentecito rematao, y el que no alce el culo se lo ha chamuscao. Yo, que lo alcé, no me lo chamusqué • Y ya está mi cuento acabado y mi culito chamuscado • Y a quien no levante el culo se le queda pegado • Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete y al que no alce el dedo, un cachete • Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete y por el portal siete • Cuento contao, cuento acabao, por la chimenea se va al tejao, y del tejao al pozo para que no lo escuche ningún mocoso • ¿Te ha gustao? Pues por eso te lo he contao • Y fue por un caminito y fue por otro y si este cuento te gustó, mañana te cuento otro • Y entra por el sano y sale por el roto, el que quiera que venga y me cuente otro • Y aquí se rompió una taza y cada quien para su casa • Y como dice don Crispín, este cuento llegó a su fin • Y aquí termina esta historia, más larga que una zanahoria • ¿Y el burro? Pues álzale el rabo y bésale el culo • Y se ahogó la zorra. Y ¡chachipiritorra!

En algunas historias, sin embargo, lo más importante para quien narra es dejar claro que, a pesar de todos los avatares descritos, los protagonistas (que son, al fin y al cabo, con quienes nos identificamos) no han sufrido daños y tendrán un final feliz, o sea, una vida mucho más placentera que la narrada:

• Y fueron [vivieron] felices • Vivieron felices por muchos años • Fueron felices hasta que murieron; Dios los tenga en su gloria, amén, Jesús • Y desde entonces fueron muy felices y dichosos • Y pasaron felices pascuas • Y así terminó el cuento, todos felices y contentos

Este final feliz suele celebrarse, quizás para compensar el hambre imperante, con la mención de alimentos básicos como el pan, los ajos, el pimiento y los rábanos (tuertos y asados), aderezados con un poco de sal y alcaravea:

• Y se acabó el cuento con ajo y pimiento • Con sal y pimiento se acabó el cuento • Y se acabó mi cuento con pan y rábano tuerto • Y ya se acabó el cuento con pan y pimiento y alcaravea para el que no lo crea • Y ya se ha acabado el cuento con pan y pimientos y rábanos asados, y el que esté de pie… • Y este cuento se ha acabado, de pan y pimiento y rábanos asados ¡y en el techo está colgado! • Y se acabó el cuento con pan y pimiento, y rábano asao para el que lo ha escuchado • Y se acabó el cuento con pan y pimiento. Se agarró la zapa al culo que esté sentado. Y se levantó, se achicharró. ¡Ea! Ya se acabó • Aquí se termina el cuento con miguillas de pan y rábanos tuertos para mañana almorzar • Y con esto y el cesto lleno con pan y pimientos y rabanillos tuertos se acaba este cuento • Y se acabó el cuento con pera y pimiento • Con pan y pimiento asado este cuento se ha acabado • Y se acabó el cuento con pan y pimiento y rabanillos tuertos • Y aquí se acabó el cuento con pan y pimiento y rábanos tuertos, y el que quiera más que vaya a mi huerto. • Toma un poquito de alcaravea para que tú mañana lo veas • Y un granito de sal para acabarlos de engañar

Aunque, si pueden permitirse un gran banquete, el plato principal, por exigencias de la rima, pasa de vegetal a animal, poniéndose en peligro la pervivencia de determinada ave:

Vivieron felices y comieron perdices • Se casaron, vivieron felices y comieron perdices, y a mí no me dieron porque no quisieron [porque no les dio la gana] • Y vivieron felices y comieron perdices, y a nosotros nos dieron con el plato en las narices • Y vivieron felices y comieron perdices, y a mí me dieron con los huesos en las narices • Y vivieron felices, comieron perdices y yo no las comí porque no las quise • Y fueron felices, comieron perdices, y a mí me dieron las patas y no las quise • Comieron tantas perdices que se empacharon • Y vivieron muy felices. Se comieron, lo menos, media docena de perdices • Y ellos ya vivieron felices y comieron perdices y guardaron una patita para mí, y como no fui no la comí • Y todos comieron perdices y vivieron felices y contentos, y a mí me dieron un rábano tuerto

Banquetes a los que determinados narradores, como vemos, parecen haber asistido, aunque con menos fortuna de la que quisieran:

• Y yo fui y vine y no me dieron ni para unos botines, y fui otra vez y me dieron pluma y papel • Y yo fui y vine y me dieron los botines [patines] para los pies y en el camino los destrocé • Y yo fui y vine y sólo me dieron para unos botines y, como eran de papel, por el camino los destrocé • Y yo vine y me dieron unos zapatos de papel para que en el camino lo pudiera yo ver • ¿Y qué me dieron? Unos zapatitos de afrecho; les soplé y se me fueron al techo • Y yo fui y volví y sólo me dieron unos zapatos de manteca que se me derritieron en el camino • Y a mí me dieron un sebo, pero en el camino por donde venía se me derritió y llegué a casa sin nada • Ya no vi más porque me había hecho mi padre unas albarcas de manteca, y como hacía mucho calor, se me deshacían y me quedaba descalza y me tuve que venir • Y ellos se repartieron el oro y a mí me dejaron pobre para contarlo • Y yo, después de tanto ver, me vine a mi casa, y ellos se quedaron muy contentos y felices • En fin, que ellos se disfrutaron muchos años y yo me vine aquí caminando • Y a mí me enviaron aquí a que te lo contara a ti • Y yo estuve allí y de una patada me enviaron aquí • Y cuando yo marché de aquel pueblo todavía quedaban bailando • Y yo, al ver eso, me unté los zapatos con grasa y me vine corriendo para casa • Yo me vine y allí se quedaron / Y yo me vine y los dejé allí
• Y yo me vine y no me dieron ni para un cigarrillo • Ya fueron ellos a su palacio, unos a un lado y otros a otro, y yo fui y no me dieron ni el mandao • Se acabó el cuento y yo fui a la muerte del amo, pero nada me dieron • Del frite que se comieron me tiraron con un hueso en el tobillo, que aguate me rompen un colmillo • Y yo me vine aquí y no vi más. Y yo me vine y los dejé, y no sé qué habrá sido de ellos • Y cuando estaban en lo más bonito del sueño, vino el día y los despertó

Al volver de semejantes sitios, a veces no queda otra opción que poner tierra de por medio entre lo narrado y la realidad, de forma que todos (narrador y oyentes) puedan volver sin dejarse nada en ese más allá de los relatos:

• Y fue cosa de cuento • Ellos allá y nosotros acá • Nuestros cuentos en Flandes • Y todo nuestro relato, mentira • Chistera, chistera, este cuento está fuera • ¿Qué hay en la plaza? Calabazas. Pues cada uno pa su casa. ¿Y qué hay dentro? Pipitas. Pues cada uno pa su casita • Y cada uno se fue a su casa • Y por un agujero entro y me salgo por otro. Y el que contó este cuento contará otro • Se acabó el cuento y se lo llevó el viento y se fue por el mar adentro • Y así pasaron muchos años hasta que este cuento se perdió entre castaños • Y este cuento se perdió; cuando lo vuelva a encontrar te lo volveré a contar

Entonces, cuando el cuento nos estremece y sus palabras, a modo de varita de virtudes, consiguen que accedemos a mundos invisibles aunque posibles, el narrador aprovecha para pronunciar fórmulas de cierre que aspiran a ser conjuros mágicos:

• Quien no quiera creer esta historia verdadera, que su cabeza se le vuelva de cera • Si es mentira, que se te vuelva todo un saco de harina; si es verdad, que se te vuelva saco de pan • Nuestros reyezuelos, hueso en la espalda

Y, rompiendo uno de los viejos tópicos sobre el cuento popular, diremos que muy pocos de estos textos (menos del 1% de los analizados) acaban con una sentencia didáctica o moralizante, lo que refleja una cuestión ya explicada en otros estudios: que la utilización ejemplarizante de los cuentos de tradición oral se procesó al margen de la cadena espontánea y con fines absolutamente distintos a los que impulsaban a la gente sencilla a narrar estos cuentos. Es precisamente en los textos de tipo religioso donde encontramos estos finales que quieren, además, insistir en la veracidad de lo contado:

• Porque están castigados por la mano de Dios • Y era que Dios ya le había perdonado • Y así pagó su delito • Quien todo lo quiere todo lo pierde • Mire usted qué milagro tan hermoso que hizo el Señor

Una penúltima cuestión. Francisco Castro, excelente informante de la comarca del Campo de Gibraltar, aún cerrando siempre sus cuentos con una ración de “rabanillos tuertos”, en cierta ocasión añadió: “Para que no se olvide”. ¿Podría ser la fórmula de cierre una forma de conjurar el olvido, enemigo de la tradición oral y de nuestra propia historia personal? Los efectos que estos finales tengan en cada uno de nosotros nos darán pistas para respondernos.

En fin, si todavía hay quienes insisten en buscar conexiones con la realidad, sin pensar que los cuentos, cuentos son, los narradores también tienen un final para ellos:

• Si ustedes no se lo creen podemos ir a casa de los felices esposos que estarán todavía comiendo perdices • Esto pasó en Fuente el Césped, de donde era el tío Caspe • Se lo he oído contar a la abuela • Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron te lo cuento

Mención aparte merecen aquellos relatos que concluyen con un final rimado que hace referencia al propio desenlace del relato, no precisando entonces ninguna fórmula fija..

Pues eso: Como me lo contaron os lo cuento y me alejo de esta historia sin guardarme nada dentro.

Bibliografía consultada

• CUENTOS POPULARES ESPAÑOLES (3 vol.) Aurelio M. Espinosa, padre. CSIC. Madrid, 1946.

• CUENTOS POPULARES DE CASTILLA Y LEÓN. Aurelio M. Espinosa, hijo. CSIC. Madrid, 1996 (vol. I), 1988 (vol. II).

• CATÁLOGO TIPOLÓGICO DEL CUENTO FOLKLÓRICO ESPAÑOL. CUENTOS MARAVILLOSOS. Julio Camarena y Maxime Chevalier. Editorial Gredos. Madrid, 1995.

Puntuación: 1 de 5.

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Festivales/Encuentros, Narración oral, Sin categoría

V Encuentro Internacional de Narradores Orales – “CONGRESALES DE LA PALABRA”

El 6, 7 y 8 de Agosto llega el V Encuentro Internacional de Narradores Orales – «Congresales de la Palabra» en la Provincia de San Miguel de Tucumán – Argentina. La pandemia no lo detuvo y este V Encuentro será virtual. Así las organizadoras nos cuentan sobre este prestigioso, querido y esperado Encuentro que nació para quedarse.

El Encuentro Internacional de Narradores Orales “Congresales de la Palabra” se realizará este año su 5ta edición consecutiva, aunque la situación actual de pandemia nos impone llegar al público  a través de la virtualidad de las redes. 

Desde el Grupo Tucucuentos Solidarios, dependiente de la Dirección de Letras del Ente Cultural de Tucumán, se creó este evento en el año 2016, como uno de los innumerables homenajes al Bicentenario de la Independencia Argentina realizados en Tucumán. Aquel primer encuentro superó enormemente las expectativas y por tal motivo se decidió continuar año a año, también con excelente repercusión. A lo largo de sus ediciones se visitaron más de doscientas instituciones: salas de teatro, hogares de ancianos, centros comunitarios, bibliotecas y sobre todo escuelas de gestión pública, tanto de capital como del interior de la provincia, incluso de alta montaña. Esto nos llevó a contabilizar más de 30.000 espectadores.

Cabe destacar que el  público disfruta de los espectáculos de cuentacuentos, tanto en salas teatrales como en instituciones, con entrada libre y gratuita.

A lo largo de estos años hemos recibido a narradores de las provincias argentinas de: Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, La Rioja, Jujuy, Salta y Catamarca. También de los países extranjeros: España, Francia, Italia, Canadá, México, Colombia, Venezuela, Chile, Uruguay, y nuestros hermanos de Perú y Bolivia que también formaron parte de aquel Congreso de 1816.

Este año, 2020, a través de la virtualidad que nos impone la pandemia, los invitados son oriundos de: España, México, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia. Y de las provincias argentinas de: Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Misiones, Jujuy y Salta.

El Grupo TUCUCUENTOS SOLIDARIOS coordinado por la Lic. Alejandra Jiménez, está constituido por adultos mayores, enmarcándose en una tendencia global que cobra cada vez más auge conocida como “abuelos cuentacuentos”, ya que despojados de sus obligaciones laborales, dedican su tiempo y pasión al arte de contar cuentos.

Tucucuentos Solidarios es un programa del Ente Cultural de Tucumán (Resolución Nº 2923)  y pertenece a la Dirección de Letras de este organismo (desde donde se organiza el evento). Desde el año 2014 recorre escuelas, asilos de ancianos, centros comunitarios y bibliotecas. En 2018 ha sido distinguido con la Marca Tucumán otorgada por el IDEP.

Además de mantener un constante perfeccionamiento con maestros nacionales e internacionales, el grupo es invitado a participar en numerosos eventos literarios: Feria Internacional del Libro (Buenos Aires), Encuentro de narradores “Oíd Mortales” (Córdoba), Festival de las Artes (Catamarca), Festival Internacional “Narradores en Acción” (Tucumán), Encuentro Federal de Escritores (CABA)  y “Festival de la Palabra – UNT”,  entre otros.

Sus integrantes: Gloria Argañaraz, Neli Santillan, Olga Bonano, Olga Martínez, Silvia israilev, Graciela Palavecino y Alejandra Jiménez.

Los objetivos del evento son

Mantener el espíritu del primer encuentro, realizado en 2016, donde se rindió homenaje al Bicentenario de la Independencia Argentina, emulando a aquellos que en 1816 se hicieron presente en Tucumán para asegurar la libertad del pueblo.

Continuar defendiendo esa libertad, acordada por los históricos congresales de la Patria Grande, esta vez mediante el arte de la PALABRA. En tal sentido y en reconocimiento al trabajo que todos ellos realizan en el campo de la narración oral y difusión de la cultura, así como el prestigio y la trayectoria que les avalan, es que fueron convocados a ser un CONGRESAL DE LA PALABRA y hacerse presente en Tucumán como embajadores de sus cultura, idiosincrasia y tradiciones, para compartir sus relatos en escuelas, bibliotecas, hogares de ancianos, salas teatrales, espacios comunitarios y calles de Tucumán. 

Difundir el arte de contar cuentos a través de talleres con maestros especializados y un espacio de reflexión sobre el oficio del narrador latinoamericano. Ambos destinados a actores, narradores, docentes e interesados en el arte de contar cuentos.

Relevancia turística del evento en la provincia

Tal cual expone la programación sostenida a lo largo de todas las ediciones anteriores, una de las actividades más esperadas, es la denominada Caminata Cuentera. La misma consiste en un recorrido por las calles del micro centro de Tucumán, con paradas estratégicas en Paseo de la Independencia (calle Congreso), Peatonal Muñecas y Peatonal Mendoza, para ofrecer a los transeúntes breves relatos “al paso”. La particularidad y vistosidad de este recorrido se encuentra también en las vestimentas típicas de sus culturas que porta cada uno de los narradores participantes. Dicha Caminata Cuentera termina en Plaza Independencia con un espectáculo de cuentos y danzas folclóricas. Finalmente una visita a Casa Histórica para foto conmemorativa, entonación de himnos de todos los países participantes y firma de un acta simbólica como Congresales.

También en 2019, el 1º de agosto, los narradores invitados pudieron vivir la misticidad del Homenaje a la Pachamama junto a las comunidades originarias de la zona de Trancas.

Relevancia en el área educativa

Con visitas a más de 200 escuelas de gestión pública (de capital e interior) hemos llegado con los cuentos a unos 30.000 espectadores, tanto alumnos como docentes, padres y la comunidad en general, revalorizando así la importancia del relato oral en la transmisión de nuestras culturas latinoamericanas.

Este año se prevé llegar a muchas más escuelas aprovechando las conexiones virtuales que utilizan los docentes para sus clases (Zoom, Meet, Messenger, etc.). También llegaremos con videos o audios a las escuelitas más alejadas, que no cuentan con internet y que, incluso, los alumnos reciben sus clases por la radio local de sus comunidades.

Capacitaciones

Cabe destacar que en todas las ediciones se ofrecieron talleres gratuitos impartidos por   destacados maestros nacionales e internacionales, destinados a profesionales de la narración, actores y docentes de todos los niveles educativos.

En la edición 2019, por primera vez los talleres, se articularon con el Ministerio de Educación, destinados para docentes de capital (presencial) y del interior, quienes pudieron tomarlos on-line. Los mismos contaron con puntaje de acuerdo a la carga horaria de las capacitaciones impartidas.

Pueden entrar a la siguente página https://enteculturaltucuman.gob.ar/congresalesdelapalabra/ para  disfrutar de manera virtual a los narradores y narradoras de España, México, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y Perú y de las provincias Argentinas de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Corrientes, Chaco, Misiones, Jujuy y Salta.

No se pierdan de ver y escuchar a los Congresales 2020.

Puntuación: 1 de 5.

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Narración oral, Nota, Sección: Viaje a... Nos cuenta...

Viaje a Cuba

Nos cuenta Catherine Piedra de la Cruz

Ella me escribió al blog, así nos conocimos, luego nos buscamos en redes sociales e intercambiamos WhatsApp. Le envié unas preguntas y ella respondió a cada una generosamente. Empecemos el viaje a sus palabras… Se la presento!

¿Cómo ves el movimiento de la Narración Oral en tu país?


En Cuba hay un movimiento muy fuerte de Narración Oral en todo el país. El país tiene 15 Provincias y en casi todas el movimiento de Narración Oral ha venido en aumento, a continuación la relación de dichas Provincias: Pinar del Río La Habana Matanzas Cienfuegos Ciego de Ávila Camagüey Holguín Santiago de Cuba La Isla de la Juventud
En todas estas provincias encontramos grupos de Narración Oral consolidado. En mi caso trabajo en un grupo en el que todos son actores y solo hay dos narradores orales, Silvia Tellería y yo. Haydeé Arteaga, una de las principales figuras de la Narración Oral en Cuba, fallecida recientemente, en los años sesenta fue fundadora y directora de una escuela de narradores orales de vida efímera. Aunque esta realmente comienza en los años setenta con Francisco Garzón Céspedes, narrador y pedagogo, que renueva el antiguo arte de contar y genera una nueva modalidad hoy conocida como narración oral escénica. Garzón Céspedes, junto a Teresita Fernández, trovadora y maestra, desarrolló La Peña de los Juglares, un espacio de integración de las artes, que generó otros eventos como La Peña del Brocal, fundada en 1987, en la provincia  Camagüey. Hoy en el país conviven varias generaciones de narradores orales: Narradores que participaron desde los orígenes como Mayra Navarro, Jesús Lozada, Coralia Rodríguez, formados y dirigidos por Garzón Céspedes. Alumnos de las experiencias formativas de Francisco Garzón Céspedes y Mayra Navarro como Elvia Pérez Nápoles, Silvia Tellería, Osvaldo Manuel, entre otros; o de Mayra Navarro en los Talleres básicos de Narración oral de la Catedra de Narración Oral, en la cual Mayra Navarro, fallecida en 2019, fue su delegada en Cuba desde su fundación en la década de 90 hasta el 2006 en que se crea, a propuesta de Octavio Pino y con el consenso de la maestra Mayra Navarro y un grupo de sus alumnos, el Foro de Narración Oral del Gran Teatro de La Habana, hoy Alicia Alonso. En otro orden de cosas, en Cuba sobresalen nombres como Lucas Nápoles, Mirtha Portillo, y otros. Encontramos proyectos en diversas partes del territorio insular como los de Ury Rodríguez, Virginia López y otros narradores en la ciudad de Guantánamo, Fátima Pattersson y la Bienal Internacional de Oralidad de Santiago de Cuba donde también se realiza un trabajo muy bueno con niños contadores de historias: «En el bolsillo del duende», dirigidos por Bertha Ferrer Estiú, o los eventos de la Casa del Caribe y la Casa de las Tradiciones en esa misma ciudad. Otras zonas del país Matanzas, Las Tunas, Holguín, Camagüey en esta provincia se destaca la
Cátedra de cuentería campesina tradicional
José Obregón Bravo en Florencia, un municipio en la misma provincia, Isla de la Juventud, etc. y en la capital desarrollan eventos de oralidad y cuentería de muy variado corte como Contar con La Habana, Primavera de Cuentos, dirigia la Maestra Mayra Navarro, Fiesta de la Palabra ContArte, dirige la Mestra Elvia Pérez Además, los festivales internacionales: Cuentos para una añeja ciudad, el festival de los parques. Dirige Osvaldo Manuel Perez Peñalver, D’Abril Palabras Andantes dirige Ana María Paredes, Festival Arroyo de Cuentos, del Municipio Arroyo Naranjo, aquí en La Habana. Festival internacional Diez de Octubre Cuenta, del Municipio Diez de Octubre también en La Habana. Diversas formas de oralidad narradora artística conviven en Cuba, desde la cuentería popular hasta diferentes maneras de enfrentar el acto oral, que se resume en diferentes tendencias de la Narración Oral, que se ponen de manifiesto en el Encuentro entre escuelas de Narración Oral que se realiza anualmente, en el se ve la narración desde diferentes puntos de vista y con los elementos que los distinguen. Todo esto forma hoy la narración oral artística contemporánea.


¿Cómo es el panorama en relación a los espacios donde se narra?


Los espacios donde contamos son muy diversos, utilizamos desde un Teatro, un parque, un portal, o un aula de una escuela, de acuerdo con la circunstancia. Como trabajo en una Compañía de Teatro, que se llama Integración, realizamos diversas actividades para diferentes públicos, niños jóvenes y adultos, tenemos espectáculos de variedades, que incluye música, poesía, narración oral y trabajo con títeres. Esos espectáculos de variedades se presentan en muchos lugares. Como también realizamos trabajo comunitario, podemos hacer un fia una actividad en un parque al que asiste todo tipo de público o en una escuela ya sea primaria o secundaria. También trabajo con el Dúo Darias, integrado por Ana Irma Ruz y Mario Darias, tenemos un trabajo con los Versos Sencillos de José Martí, yo declamo la poesía y ellos cantan, esto lo presentamos en Peñas que realizamos en las Escuelas enseñando a los niños a conocer aún más la obra de nuestro José Martí. Hemos tenido la experiencia de actuar en un vestíbulo con toda la escuela y lo mismo lo hemos presentado en un aula de una escuela. Lo que quiero decir es que de acuerdo al lugar donde nos presentemos, así será el repertorio escogido. Si nos presentamos en un parque para todo tipo de públicos entonces el repertorio debe ser fresco, con cuentos cortos, con su toque humorístico y si el público es infantil, los cuentos serán participativos, con repeticiones que le permita al niño, desde completar la frase hasta aprenderse una determinada rima. Y en estos casos contar con títeres es de mucha ayuda.
En el caso de los teatros, ese espacio lo utilizamos fundamentalmente para presentar espectáculos unipersonales, ya sea infantil o de adultos. Un requerimiento importante en este sentido para el Narrador ( yo) es que el teatro no sea un grande y que el cla sea tranquilo, en aras de tener una mejor interacción con el público. En lo particular prefiero la intimidad para contar cuentos.

¿Cómo es el panorama, en relación a los diferentes públicos que asisten a los espectáculos de Narracion Oral?


La Narracion Oral hoy tiene un público diverso, aunque debía que fomentarse aún más en los jóvenes, asisten, sí, pero no como deseamos. A los niños siempre les gustan los cuentos, participan contigo, se involucran en la historia, la viven, y son un público sincero. Son muy agradecidos. No olvidan fácilmente. Los adultos también lo agradecen, sobre todo si visitamos Casas o Circulos de abuelos, lugares donde ellos se reúnen, prestan mucha atención. Sobre esto tuve una experiencia muy linda, en una casa de abuelos en Argentina, se les puso el audio de un cuento mío y al final lo comentaron, hablaron de la moraleja de la historia y lo agradecieron infinitamente. Me conmovió lo sucedido. Saber que nuestros cuentos llegan a diferentes lugares y le hacen este tiempo de aislamiento más agradable a las personas, es gratificante y placentero. Esto lo sé porque me enviaron el video.


¿Las organizaciones culturales del estado de tu país promueven la Narración Oral con identidad propia o la incluyen como parte de otras disciplinas artísticas?


La existencia de la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE), la Sección de Narradores Orales de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Cátedra María del Carmen Garcini de Narración Oral, la Cátedra de Oralidad Carolina Poncet, el Foro de Narración Oral del Gran Teatro de La Habana, hoy Alicia Alonso y otros espacios teórico-prácticos son muestra del reconocimiento que hoy tiene la narración oral en nuestro país. También existen instituciones como El Centro de Teatro de La Habana y el Consejo de las Artes Escénicas pertenecientes al Ministerio de Cultura de Cuba, que apoyan a los directores de grupos que en su plantilla tienen Narradores orales y todo ello muestran cuánto se ha avanzado en el reconocimiento de la Narración Oral como disciplina independiente. Hoy existe un Consejo de Expertos, perteneciente al Consejo de las Artes Escénicas, que conforman el Tribunal de Evaluación de los Narradores orales, y existe un Calificador de cargo, bien estructurado para podemos evaluar. En mi caso también estoy en proceso de Evaluacion con un Espectáculo Unipersonal que se llama Con derecho a soñar. No sé ha efectuado la evaluación por todo este tema del aislamiento etc. Como yo, hay otros narradores que esperan la posibilidad de evaluarse.


¿Qué tipo de repertorio utilizan la mayoría de los narradores?. Me refiero si cuentan tradición oral o de autor


Todos los Narradores Orales cuentan cuentos diversos, nadie lo impone, se crean su repertorio de acuerdo con su personalidad, su gusto, sus preferencias. Muchos tienen cuentos de autor, aunque algunos se «especializan» en los cuentos de tradición oral, porque la región donde viven es muy dada a las tradiciones orales o las prefieren las porque se desenvuelven mejor en esa vertiente. Otros tienen un repertorio muy variado y cuentan hasta patakíes, que son las leyendas de la Religión Africana. De hecho, hay un Festival de Narración Oral que lo dirigen Mirtha Portillo y Lucas Nápoles que se llama Mis cuentos casi todos son de autor.
Justo ahora estoy adentrándose en las Leyendas mexicanas, en este tiempo he tenido la posibilidad de conocer narradores mexicanos excelentes que me han motivado y quise incursionar en las Leyendas. Así poco a poco iré incorporando a mi repertorio otros tipos de cuentos. Como las leyendas Argentinas, Guatemaltecas y cuentos Árabes. O sea, en la elección de nuestro repertorio influye también nuestra personalidad, preferencias, intereses, motivaciones etc. Una vez monté un cuento por encargo. Algo que Noé gusta mucho. Y existen narradores que escriben sus propios cuentos.


¿Cuáles son los autores favoritos a la hora de Narrar? ¿Cómo manejan el tema del derecho de autor?


Prefiero cuentos de autor, pues casi nunca me gusta salir de mi zona de confort. Me siento más cómoda. Por ejemplo, entre los autores de mi repertorio estan: Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Samuel Feijóo, Alfonso Hernández Catá, Augusto Monterroso, Mario Arregui, Gianni Rodari, y otros autores cubanos como Ruth Lorenzo, Yordan Alonso etc, menos reconocidos pero que son excelentes. El derecho de autor funciona de la siguiente forma: Yo tengo en mi espectáculo cuentos de autores de Nuevitas, Camagüey, y lo reporto a la ACDAM, la Agencia Cubana del Derecho de autor, y ellos se encargan de pagarles a los autores. Lo reporto pues tambien se paga derecho de autor por los espectáculos presentados y cada vez que se ponga en un teatro, ellos pagan.


Hablemos de Festivales: ¿Cómo se organizan, qué características tienen en tu país?


Los Festivales son una fiesta de la palabra, hay mucha alegría, es el momento en que los amigos se reencuentran, comparten experiencias, cuentos y planifican nuevos encuentros. Se crean varios comités organizadores, cada uno con tareas concretas. Los que tiene que garantizar la logística, tienen una agenda de teléfonos con los contactos de aquellas personas que ayudan en ese sentido. Los organizadores propiamente del evento tiene que tener presente los más mínimos detalles como las sillas, mesas, manteles, adornos en el caso de que en las noches se reúnan los narradores a compartir historias, los invitados, si no son narradores, y son músicos, Garantizarles las condiciones indispensables para que puedan trabajar. Antes del Festival los organizadores se reúnen muchas veces para ultimar detalles, incluso mientras funciona por si algo falla, y no estaba previsto. En el caso de que participen niños narradores, hay que llamarlos, confirmar su presencia, vestuario, lo más uniforme posible. Si se le va a otorgar algún souvenir a los participantes, debe tener la cantidad requerida para entregarle a cada uno su presente, así como la confección de Diplomas y Reconocimientos para luego imprimirlos. Yo participé en la preparación de dos Festivales: cuentos para una añeja ciudad. El Festival de los parques, dirigido por Osvaldo Manuel Pérez Peñalver, era la encargada de buscar la Cámara de vídeo para filmar y la confección de los videos que se proyectarían diariamente y en el Festival La Esperanza del mundo, dirigido por El Proyecto Comunitario Atrapasueños (con el que colaboramos) y por el Dúo Darias.
Siempre es una experiencia memorable.


¿Qué es para vos contar cuentos, que es la Narracion Oral?


«Si se calla el narrador, calla la vida. Porque la vida, la vida misma es todo un cuento».
Narrar es un acto de amor profundo. Contar cuentos, para mi, es mi pasión, mi vida, si volviera a nacer volvería a ser Narradora. La Narración Oral es una forma de comunicación, siempre será el arte de la palabra. Es un instrumento con el que puedes llegar a cambiar conductas. Los cuentos evocan la fantasía, nos mueven, nos emocionan.


Cuéntanos ¿cómo comenzaste a narrar? ¿Quiénes fueron tus maestros? ¿Qué es lo que tiene que tener un cuento para que sea perfecto para incorporarlo en tu repertorio? Con la pandemia, ¿cómo sigue el trabajo de los narradores?


Es una historia larga pero resuniendo: Soy maestra de profesión y Técnico Tedio en Bibliotecología, siempre estuve rodeada de alumnos pequeños, trabajaba en una Escuela Primaria, de 5 a 11 años. Siempre me gustó el trabajo con ellos, les narraba cuentos sin ninguna teoría, hacíamos dramatizaciones, utilizábamos títeres y ellos se divertían muchísimo. Luego me fui a estudiar la Licenciatura en Estudios Socioculturales y me desvinculé del trabajo con los niños, pues impartía clases a adultos como parte del Servicio Social, aquí es una forma de pagarle al estado todo lo que invirtió en tu educación, dura dos años y es obligatorio. El título tiene validez únicamente si cumples con el servicio social. Después de 9 años como profesora, comencé a trabajar en la Compañía de Teatro Integración, mi actual trabajo, y comenzó de nuevo mi inclinación al trabajo propiamente escénico, pasé un curso de Narracion Oral con el Profesor Osvaldo Manuel Pérez Peñalver, y ahí comienzo como Narradora Oral. Participé en el Festival Cuentos para una añeja ciudad. El Festival de los parques. Séptima Edición. Luego pasé varios talleres de superación del arte de narrar con las Argentinas Claudia Montesino y Alejandra Oliver. Un Curso de Habilitación para, desde el punto de vista metodológico, aprender cómo impartir la Narracion Oral en las Escuelas, otro sobre la confección de unipersonales con el profesor Rafel Calderón, y todos por medio de la maestra Elvia Pérez. Por lo que hoy trabajo también en la Escuela Primaria Roberto Casals retomando definitivamente el trabajo con los niños que me encanta. Con la pandemia pensé que iba a estar muy aburrida, pero no, a través de las redes sociales conocí de personas que hacen un gran trabajo con los narradores como: La Fogata de cuentos, dirige Germán Argueta, Francisco José Ibarlucea Bozal, director de programación. Ellos unen sus voluntades para que todos los narradores de más de 50 países compartan historias. Nuestros cuentos viajan por el mundo para llegar al corazón de aquellas personas que estaban y aún siguen en cuarentena. Tuve la posibilidad de participar en los Festivales Virtuales: Historias para Cambiar el mundo.
Frida Fest Kal Lover, 6ta Edición. Con el colectivo Alas para volar. De Tamaulipas México. Noche de Leyendas, a cargo de Chabelis Narradora de sueños. Colaboro con los siguientes grupos de WhatsApp: Cuentos por WhatsApp, de Argentina Cuarentena Cuentos con Alejandra Estrella e Invitados. Proyecto Canas y Raspones. Lo anecdótico de la historia. Cuentos por Radio Astral. Programa de radio por Internet. En este tiempo je podido ensayar mi espectáculo unipersonal: Con derecho a soñar. Me animé, gracias a la posibilidad de participar en la Fogata de cuentos, y relacionarme, via Internet con Francisco Ibarlucea y Jermán Argueta, me animé a montar una Leyenda mexicana, El amor de los volcanes, y a conocer mucho más de esa cultura, muy interesante, por cierto. Tengo varios cuentos en preparación y tengo la idea de dos espectáculos unipersonales, uno sobre Pintores cubanos y otro de Leyendas del mundo. Como verán mi cuarentena ha sido muy productiva. Extraño mucho mi trabajo con los niños pero llegará el día en que podamos abrazarnos nuevamente.

Puedes dejarnos tu página web o tus redes sociales para que los lectores puedan contactarse contigo.


En Facebook: Catherine Piedra de la Cruz – Página: Con derecho a soñar. Entre cuentos y poemas. – Email: mdarias@cubarte.cult.cu

Para terminar les compartimos un cuento de su Canal de Youtube.

Cuento: La isla del rey de Loreley Rebull

Muchas gracias Catherine. Siento que respiro un poquito de tu aire cubano en cada una de tus palabras. Que los cuentos nos encuentren y las historias nos sigan hermanando.

Puntuación: 1 de 5.

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COVID-19, Narración oral, Nota

La importancia de la narración: leer escuchando.

Aprovechar el tiempo de COVID-19 para reflexionar sobre nuestro oficio.

Con la llegada del COVID-19 todo se detuvo. Nuestras vidas se tuvieron que adaptar a la quietud y re-inventarnos. Antes la vida cotidiana se basaba en la velocidad. La velocidad con la que tomabamos todo lo que necesitabamos y la que utilizabamos para eliminar todo lo que ya no nos sirvía. Todo tenía que estar listo para acelerar los acontecimientos, incluso las imágenes ya estaban hechas, creadas por otros, de manera que nos ahorrabamos el tiempo y no inventebamos imágenes nuevas y personales. Pongamos por ejemplo, las que se ven en la televisión, que detienen el pensamiento, colonizan los sueños y los deseos. No tengo nada en contra de las imágenes, por supuesto sirven, y son de gran alcance porque activan todas las funciones psico-físicas humanas. Pero hay una enorme diferencia entre las imágenes que vemos con nuestros ojos y las que se forman en nuestros pensamientos mientras que alguien nos cuenta algo.

Bruner afirma que narrar renueva la vida social porque permite el continuo «mercado de los significados«. El desarrollo del pensamiento crítico nace en la conciencia y en la capacidad de descentralizarse para escuchar activamente. Hasta hace cuarenta años había la tradición de contar cuentos de hadas, anécdotas, poemas. Los niños no tenían prisa. Cuanto más largo era el cuento, más tiempo los niños podían quedarse con los adultos a escuchar. Había una investigación del significado. Hoy en día por lo general, ya no se cuenta en las casas. A menudo se leen los cuentos a los niños o se les deja solos delante de un libro, o se les brinda un celular o tablet, para que vean historias a través de narradores virtuales.

Creo que es tiempo de reflexión, de aprovechar este estar en casa, aprovechar esta «nueva normalidad» para detenernos a revisar nuestro oficio y por qué no, volver a invitar a entrar a las casas la palabra, las historias familiares, los cuentos que alguna vez alguien nos contó para contárselos a nuestros hijos, alumnos, nietos, sobrinos sin darles todo masticado, todo procesado, solo utilizando nuestra voz, invitándolos a escuchar.

La narración como hospitalidad

La narración es una forma avanzada de hospitalidad y marca en lo profundo tanto a los que narran como a los que escuchan. El narrador nos da la bienvenida para entrar en su mundo y se declara disponible para interactuar con el mundo de los oyentes: los invita y también se deja invitar. La reunión entre narrador y oyente estimula a los dos. Es una página escrita que se vuelve algo vivo. Es el gusto de leer escuchado. En realidad lo que pasa es un intercambio, por medio de esta actividad también el escritor se enriquece. Un autor no puede considerarse aislado, es parte de una comunidad, vive dentro de una sociedad y tiene que ser parte de ésta, interactuando con los demás con sus obras.

La narración como una invitación a la decisión

Hay comunicaciones que no tienen sentido, que no te dejan nada. Por ejemplo las conversaciones hechas en las salas de espera o en los asensores, las palabras vacías entre desconocidos pronunciadas en un acontecimiento en un tren. La narración es otra cosa, busca la interacción. Un fuerte vínculo que une los acontecimientos contados al pasar inexorable del tiempo, nos invita siempre a “estar listos”, sin perder la concentración. Eventos insignificantes se convierten en algo que merece nuestra participación. La historia contada se refiere al interlocutor con la misma intensidad con la que el narrador siente su participación. El oyente es empujado hacia esta aventura, porque se siente como si fuera parte del cuento. La fuerza de la participación no deriva de la agudeza de los conceptos. Son los hechos evocados por una ola emotiva que nos lleva a sentirlos nuestros, a pesar de que los protagonistas sean muy lejanos. El narrador ama la realidad contada y lo hace de manera que los demás la amen también; por eso, se vuelve una invitación a decidir individualmente: «¡Ten cuidado! Tu también tienes algo que ver con la historia.» que supera la tentación de la indiferencia. El narrador pide una decisión valiente y arriesgada: estar a favor de la lógica de la historia o no. No lo hace severamente, simplemente pide una decisión, mientras que cuenta su historia.

La narración como una sorpresa

A través de la narración tienes la certeza de que tendrás participación por parte de los demás porque tiene la capacidad de sorprender, de poner en discusión su propio mundo, desconocido e indescifrable. Los que aceptan experimentar el vértigo de la sorpresa, tienen la capacidad de exponerse delante de lo que no conocen. La narración es capaz de crear maravillas porque se extiende hacia una aventura que todavía no se ha experimentado. Y eso con una secuencia que nunca es igual, es lo mismo que pasa cuando se intenta demonstrar un teorema de matemáticas. En la infinita sucesión de eventos reales, la historia sólo elige algunos y los organiza de una manera que sigue siendo “cuento”. Se enfrenta con una realidad considerada más amplia y más solemne de la que es contada.

Entonces que esperas… abre la puerta, deja que los cuentos entren por las ventanas de tu casa y cuenta. Crea imágenes, deja que el que te escuche cree las propias y vuelve a contar. Así la vida en estos tiempos de confinamiento pasará más rápido y estoy segura que pronto volveremos a vernos y abrazarnos en los escenarios, sean plazas, bibliotecas, aulas, teatros.

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Foros, Narración oral, Nota

1° Foro teórico de narración oral – La Torre Cuentería.

Desde Santiago de Chile se presentó la propuesta y llegó a muchos rincones de latinoamérica.

Descubrí el I Foro Teórico de Narración Oral La Torre Cuentería por la recomendación de una amiga narradora mexicana. Así leí las propuestas, me inscribí llenando el formulario correspondiente ansiosa a que llegara el viernes 17 de julio para escuchar las tres exposiciones a través de Zoom. Me encantaron por lo que les escribí para que me autorizaran a escribir sobre ellos. Y muy amablemente me contestaron inmediatamente que SÍ!

¡Vamos a conocerlos!

Ellos son David González Vigué, María Isabel Galdames y Jaime Poblete Suárez y así se auto-presentaron en sus publicaciones en redes para promocionar el foro.

La propuesta tenía como objetivo principal compartir experiencias y reflexiones referentes al campo de la narración oral y, desde ahí, invitar a un debate abriendo preguntas por parte de los asistentes, buscando re-pensar en los temas tratados. Invitando además, al sábado siguente a través de un Live de Instagram, a un conversatorio con el fin de permitir crecer en conjunto. El Live quedó en el IGTV.
Llegó el viernes 17 de julio y las 17 horas de Chile donde por casi dos horas se expusieron sobre 3 ejes temáticos: ética y estética de la narración oral, la narración oral como arte escénica y las narrativas híbridas.
Pude ser parte teniendo un cupo vía Zoom y escuchar atentamente las temáticas. Los tres fueron claros en transmitir sus conceptos. Brindaron bibliografía de apoyo. Nombraron conceptos de Maturana, de Francisco Garzón Céspedes. Hablaron de conectar con la fibra de lo humano, de tocar y conmover; de ir al encuentro de la belleza. Dejaron claro que la Narración Oral es un arte viviente, hablaron de la intimidad conversacional, de la importancia del cuento, del hecho escénico y del espacio escénico. Qué saber escuchar, sería lo más importante a la hora de narrar, de ser respetuoso del público. Se definió el concepto de arte híbrido, se ejemplificó. Se plantearon propuestas para narrar en diferentes plataformas, las que debemos conocer y entender, saber de sus propios códigos, de manejar estos medios audiovisuales para fusionarlos al arte del narrar a viva voz, como en otros tiempos pasó con el libro y el dibujo dando nacimiento al cómics, al libro ilustrado y al libro álbum.

Al terminar cada ponencia dejaron formuladas una pregunta para seguir pensando en los temas tratados. Ellas son: –En la Narración Oral ¿Cómo nos podemos empapar de belleza? -¿Vamos a seguir desconociendo el caracter de «escénico» de la Narración Oral? -¿Qué repertorio es el adecuado al mundo audiovisual? Preguntas para pensar y continuar reflexionando sobre ellos, en nuevos foros que La Torre Cuentería presentará a la brevedad.

En agosto se realizará el II Foro Teórico de Narración Oral con otros invitados, con otras miradas que es la idea de La Torre Cuentería, abrir ventanas a todos y poder mirar por ellas, crear conversaciones para crear nuevas teorías, o tomar viejas o híbridar algunas… Yo espero el nuevo formulario para inscribirme, estaré atenta a sus publicaciones.

La Torre Cuentería tiene presentaciones en zoom, todos los viernes . Y los martes un Live por instagram. Aquí les dejo los links de contacto de Instagram @latorrecuentería y su página de Facebook https://www.facebook.com/latorrecuenteria-106364157713369/

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Literatura, Narrar a la primera infancia, Nota

Literatura, niños y algunos fantasmas.

Un recorrido a través de la historia de la vinculación de los niños con la literatura

En esta nota voy a hacer un recorrido por la historia de la literatura en relación a los niños, para reflexionar, abarcando algunos conceptos que estimo fundamentales en la vinculación adulto – literatura infantil – niños. Haciendo foco en la importancia del adulto mediador (sea familias, docentes, bibliotecarios o narradores) entre la literatura y los niños con el fin de pensar y encontrar diversos criterios de selección.

Es necesario recordar que históricamente la vinculación de los niños con la literatura estuvo marcada muy fuertemente por el imaginario social, por la imagen de niño construída por diversas épocas. A modo de ejemplo, podría pensarse en en «anonimato» de la Edad Media. En ese período, una vez que el niño sobrevivía a una primera etapa frágil en la cual era objeto del cuidado cariñoso del adulto, ingresaba de lleno a su mundo, en donde compartía con él la misma educación, los mismos trabajos, los mismos juegos, danzas… y la misma literatura.

Muy diferente en cambio es la concepción de niño en el siglo XVII cuando, por influencia de moralistas, hombres de leyes y eclesiásticos, comenza a surgir un sentimiento nuevo en torno a la niñez. Se toma conciencia de la diferencia entre esta etapa y la adulta, viéndose a la infancia como un período de preparación para la adultez. Va a ser preciso conocer al niño para corregirlo, para integrarlo al sistemas de valores sustentado por la sociedad. Se va a poner el peso en la educación y en la institución escuela que le brindará una «sociedad infantil», muy diferente de esa sociabilidad central indiferenciada en la Edad Media. El preceso educativo pondrá el acento en preceptos éticos y morales; la literatura destinada para ellos, también.

He hablado de dos momentos históricos diferentes sólo para pensar en los textos (antologías de tradición oral, sobre todo) que hasta el día de hoy encontramos en las bibliotecas, librerias. Pensar en las épocas que fueron recopilados, para entenderlos y desde allí ver la posibilidad de incorporarlos al repertorio o bien descartarlos, para ir en búsqueda de otros textos.

¿Hablamos de niño o de infancias en la sociedad de hoy?¿Qué lugar ocupan o se le asignan? Dejo los interrogantes para que cada uno encuentre la o las respuestas, hay mucha bibliografía para leer sobre el tema y muy interesante, los invito a busacar para apliar las respuestas. Pero lo que sí quiero marcar es que la literatura para niños del Siglo XXI, tienen formas especiales de manifestarse, porque los textos atraviesan un complejo camino desde la producción en manos de los artistas hasta su edición y distribución en las librerías. Y en ese camino también estamos nosotros (familias, maestros, bibliotecarios, narradores, mediadores) para encontrar literatura vinculada con la historia y la cultura de su propio tiempo, saber priorizar el conocimiento de libros de calidad literaria. Encontrar literatura realizando una selección que sabemos que estará impregnada de criterios estéticos, pedagógicos, ideológicos y demás, pero con la convicción, de abrir nuevos mundos, que interpelen, que lleven a la emoción, que los acompañen, los ayuden en su desarrollo. Qué también estimulen en las realidades diferentes a las que se suceden sus vidas, a pensar críticamente en esa realidad, del mundo en el que crecen. Para que esto ocurra, el libro de literatura debe acertar con sus interrogantes, sus búsquedas. Debemos encontrar esa literatura, ese libro que lo satisface con todas o con alguna respuesta.

Para seguir leyendo sobre los criterios de selección y qué narrar los envito a entrar a la siguente nota https://vozycuento.com/2020/06/23/literatura-para-la-primera-infancia-a-la-hora-de-elegir-que-narrar/

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