COVID-19, Festivales/Encuentros, Narración oral, Nota

Cuentacuentos en tiempos de Covid-19

Es tiempo de re inventarnos. Tiempo dónde lo importante es la salud, nos quedamos en casa, cambiamos hábitos y costumbres. Hoy es momento de reflexión sobre nuestro oficio.

Las redes han colapsado de vídeos llenos de narradores del mundo entero contando cuentos desde sus casas, filmados con los recursos que cada uno tiene, y sus conocimientos de este lenguaje audio-visual. Han aparecido los Vivos, nuevos Grupos en Facebook. Por Instagram aparecieron los IGTV, las historias en Vivos en diferentes horarios.

Además se reinventaron los Festivales Internacionales realizados por Vivos de Facebook y por la plataforma Zoom. Los cuentos con # Hashtags. ¡Todo una revolución!

¿Qué está pasando con la narración oral?

¿Porqué este bombardeo de vídeo – cuentos? ¿Tenemos miedo que desaparezca nuestra profesión? ¿Nos favorece tanta exposición? ¿Qué pasa con los derechos de autor al dejar el cuento fijo para siempre? ¿Cuál es la finalidad de los festivales online? ¿Quién consume estos espacios? ¿A quién le estamos contando? ¿Tenemos conocimiento de este lenguaje audiovisual?¿Todo esto suma para nuestra profesión?¿Ganaremos público genuino cuando todo vuelva a la normalidad y nos reencontremos, otra vez, en diferentes espacios como ferias, bibliotecas, escuelas, teatros?

Creo que en los primeros momentos cuando el mundo ha parado de un día para otro, cada cual hizo lo que puedo y lo que quería. Nadie nos avisó que esto iba a pasar, no poder salir de casa para ir a trabajar, nuestras agendas detenidas marcan las funciones suspendidas, festivales y encuentros programados que quedaron frustrados, claro que nos ha dejado muy preocupados. Entonces surgieron acciones como las que describí más arriba, como salvavidas o sogas donde aferrarnos para no ahogarnos en el mar de incertidumbre. Claro que luego de transitar más de 40 días de confinamiento, aquí en Argentina, llega la hora de la reflexión y replanteo. La verdad que todas esas preguntas rondan por mi cabeza y no logro encontrar respuestas para todas, si de algunas, y voy a dar mi opinión. (Espero sus comentarios con sus respuestas debajo de esta nota)

Un día leí que contar es poner algo a salvo

Lo creo. Los cuentos son sanadores porque permiten sentir emociones y transmitirlas. Sentir y encontrar sentido, simbolizar, sublimar e identificarse con ellos. Bruno Bettlheim pone en relieve la función liberadora y medicinal de los cuentos de hadas.  Gabriel García Márquez dice que la vida es lo que contamos de ella. Si podemos cambiar el relato, podemos cambiar la vida. Los cuentos y los cuentacuentos son muy importantes siempre, porque el arte sana. Por eso creo que vale todo en estos momentos, pero sin perder el norte. Que cuando esto pase, poder volver a mirar y reflexionar, en relación a qué dejar para siempre y qué borrar. Darle valor a nuestro trabajo, si decidimos grabarnos hacerlo con ayuda de profesionales, que sepan de edición que sean expertos en este lenguaje audio visual, para que nuestras narraciones sean de calidad. Tener mucho cuidado de los cuentos de autor que filmamos con o sin autorización, porque podemos tener un gran problema con este tema. Lo aconsejables es narrar textos de tradición oral los que viajan de boca en boca y de oído a oído.

Estoy convencida que la voz humana, las miradas, la presencia y el calor del encuentro en torno a los relatos generan todo acto vivo que es la narración oral, permiten reavivar esa voz que cuenta, que despierta imágenes y muestra mundos a través de las palabras.

Pero que pasa cuando no hay un otro para contarle esa historia que nos gusta tanto. Cuando nos encontramos enfrente a una cámara de foto o la de algún teléfono, no se a ustedes, pero a mí me saca las ganas de narrar. Lo he intentado pero no me sale, me falta la complicidad del público, creo que no se transmite nada, es como si un cubo de hielo me recorre la espalda, entonces me puse a pensar… y si grabo audios, qué efecto produce en mí y en el que los escucha del otro lado. Lo comparé con otros tiempos, cuando las familias se reunían al rededor de la radio para escuchar esas historias de vidas tan parecidas a las de ellas. Lo probé y me gustó, lo compartí en redes y la devolución fue buena. Ahí la narración entraba perfectamente, se sentía cómoda.

Y comencé a grabar podscat «Regálate un cuento» con los elementos que tenía, un grabador de voz del celular, un lugar dónde no hubiera mucho ruido entonces salieron los cuentos para todas las edades. Buscar el sentido, el para qué, porqué, para quién, supongo que es la clave para que lo que hacemos durante la cuarentena tenga fundamento, base y no traicionarnos en hacer por hacer o con el solo hecho de mostrarnos. De allí también cómo narrar y que cuentos contar, una buena selección, donde la historia sea lo importante. Más adelante cuando esto pase buscaré un estudio de grabación con toda la tecnología necesaria para la búsqueda de calidad.

También creo que es valioso cuando participamos a pedido de alguna organización o organismo que siempre ha tomado la narración de cuentos con el fin sanador, como el caso de Arte y Salud del Hospital de Niños La Plata que muchos narradores habitualmente, también invitados, vamos por las distintas salas llevando historias a los pequeños. Está vez que el Hospital está ocupado organizando y centrado en la lucha contra la pandemia, no pueden olvidar y poner foco en los niños que están en sus casas aislados y de allí surgió la idea de invitar a diferentes narradores a sumarse al «proyecto de Arte y Salud del hospital de niños de La Plata en este presente que nos demanda calma, cuidado y conciencia.”. Les dejo el link para que den una vuelta. https://www.facebook.com/pg/Arte-y-Salud-Hospital-de-Ni%C3%B1os-La-Plata-534984759970705/videos/?ref=page_internal

Miro vídeos de colegas (que disfrutaba de sus espectáculos antes del confinamiento) pero ahora mi atención decae, no llego a verlo completo, me falta el calor del encuentro. La mirada fija del cuentacuentos en un punto ciego, que no logro descifrar a quién mira, a quién le habla. Me distraigo preguntándome, quién mirará estos vídeos, será que se filman para un público genuino o será para que solo lo miren otros colegas. Tendrán miedo de desaparecer si no se muestran. Nunca tendré la verdad de esas respuestas y seguirán dándome vueltas por la cabeza, para distraerme del vídeo – cuento.

Entonces… ¿Cuál sería el lugar? ¿Para qué narrar en redes?

He encontrado una plataforma o mejor dicho una red social que se asemeja bastante a lo que pasa en nuestras funciones de cuentos y es la Historia en Vivo por Instagram, porque la gente se va sumando, uno puede leer sus comentarios, también da la posibilidad de si surge alguna pregunta, referida al cuento, poder tomar la respuesta escrita, para enriquecer el relato, y todos pueden leer la respuesta, además del narrador. Y para mí lo más importante del Vivo de Instagram es que da la opción de borrarlo al terminar la transmisión o dejarlo colgado por tan sólo 24 hs. La motivación es saber que del otro lado hay alguien que nos ve y escucha, que espera cada martes el Ratito de cuentos Online y sobre todo las devoluciones por privado, donde las familias mandan sus audios, sus escritos con fotos de lo que sucede en ese «Ratito» en sus hogares. La inquietud es qué contar cada martes, algunas veces he realizado post para que la gente vote, otras anuncio unos días antes dando pistas sobre qué cuentos narraré. Eso es lo más complicado, porque sé que del otro lado hay niños pequeños, sus hermanos un poco más grandes, jóvenes, adultos, docentes, bibliotecarios y narradores. Tengo en claro que esto durará lo que perdure el aislamiento.

Al otro día del primer vivo

Festivales, Encuentros, Hashtags

Me pregunto que resultados han tenido los Festivales Internacionales trasmitidos por Zoom o por Vivos de Facebook. Narradores sentados desde sus sillones o sillas de sus casas. Qué finalidad tienen y para qué público son pensados, cómo medir todo esto, no? Tendrán financiación? Quién se beneficia? Se venden a las escuelas? Nos favorece tanta exposición? Yo no encuentro respuestas. Si alguien las tiene, espero leerlas en los comentarios. Este tema da para seguir pensando y reflexionando. Seguramente pronto habrá otra publicación para seguir profundizando.

Vamos terminando…

Un gran narrador es aquel que sabe observar, saber ver, para luego poner en su voz, las palabras para describir y contar lo que sucede. No solo narramos literatura. En estos tiempos creo que lo mejor es aprovechar los espacios virtuales para contarnos la vida misma, anécdotas cotidianas, observar por ejemplo que está pasando en casa, y a fuera, cuando vamos a hacer las compras. Para que quede testimonio. Para cuando salgamos todos para cuando podamos darnos el abrazo y nos reconozcamos como más humanos.

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