Narración oral, Nota, Sección: Viaje a... Nos cuenta...

Viaje a México

Nos cuenta Penelope Rivera

Nos conocimos por redes sociales y a través de un grupo de Whatsapp. Se que es referente en su país, le escribí para proponerle realizar esta nota de la nueva sección: Viaje a… Nos cuenta…. y enseguida me respondío que sí!! Empecemos el viaje a México a través de sus palabras… Se la presento!

¿Cómo ves el movimiento de la Narración Oral en tu país?

La Narración Oral en México está en un buen momento, gracias a las narradoras y narradores que desde hace unas tres décadas, lograron que tuviera el reconocimiento que necesitaba, cobrando fuerza y construyendo academia. Lograron significativos avances en cuanto a investigación, formalizar la educación y consolidar importantes festivales. Creo que se está cosechando. Existen escuelas formales e informales, publicaciones en la materia, y universidades albergando proyectos para la formación y actualización de nuevos narradores.

La narración oral ha tomado el lugar que le correspondía en las artes escénicas, ha contribuido al desarrollo infantil y por su gran posibilidad de articular otras disciplinas, como la literatura y la música, es una pieza clave en el fomento a la lectura y la interdisciplina. A lo largo de estos años, se han tenido avances significativos, pero tenemos que hacer más y generar nuevas perspectivas, corrientes pedagógicas y una apertura a los ritmos y tecnologías de las nuevas generaciones. Año con año somos más narradores, profesionales o aficionados, en su mayoría mujeres, y muchos dedicados a las infancias. 

Una parte importante de narradores viene de la docencia, otra viene del teatro o la literatura y con los programas de abuelos cuentacuentos, muchos de ellos son de diferentes formaciones. Por fortuna la narración oral, es una disciplina que fusiona la capacidad de oralidad de la persona, y la adquisición de técnicas y métodos. Incluso hay muchas narradoras y narradores orales en el país, expertos en abordar temas o trabajar con públicos específicos de edad y grupos vulnerables, o quienes trabajan desde la perspectiva de género, la promoción de derechos, por citar algunas. Por momentos la narración oral es intermitente en cuanto a movimientos colectivos, algunos se diluyen o llegan a cumplir su periodo, pero siempre hay propuestas y organizaciones.

El confinamiento, permitió, de forma acelerada que la narración sea el vehículo perfecto para compartir historias, no solo en México sino en el mundo, creo que surgieron propuestas y proyectos notables, de buen contenido, canales y páginas en redes sociales de muchos compañeros, e incluso la mayoría de los creadores de casi todas las disciplinas artísticas y educativas, han tenido que acudir a la narración oral. Creo que tenemos mucho que contar y seguir contando.

¿Cómo es el panorama en relación a los espacios donde se narra?

Existen muchos espacios culturales y educativos que programan a narradores orales, en su mayoría dedicados a la niñez o la historia, sobre todo en las ciudades o áreas urbanas, pero falta mucho por hacer.

El país es muy grande y diverso, desde climas, territorios, culturas y ideologias por citar algunas diversidades, evidentemente con las diferencias entre lo rural y lo urbano, y aunque existen importantes iniciativas en todo el país, la sustentabilidad de los proyectos es el problema para la continuidad, ya que faltan presupuestos para sufragar los gastos, y las personas están acostumbradas a la gratuidad, un círculo vicioso de no pagar y no cobrar.

Existen muchas iniciativas de colectivos, cafeterías, foros independientes, bares y restaurantes, que por periodos contemplan la programación de narradores orales, pero no es constante o permanente, por las mismas causas que comentaba, de la sustentabilidad. En la mayoría de los casos, son los mismos narradores y sus colectivos, quienes gestionan los espacios y hacen temporadas.

Todavía nos falta mucho por hacer y explorar. Abrir espacios, narrar para adultos, formar nuevos públicos, ofrecer opciones para tener otros mercados, ya que la narración es una disciplina tan amigable como amplia y sobre todo llena de emociones.

¿Cómo es el panorama en relación a los diferentes públicos que asisten a los espectáculos de narración oral? 

En cuanto a infancias, tenemos una buena formación de públicos, se programa narración oral en salas de lectura, bibliotecas, escuelas, guarderías, festejos y efemerides, jornadas, ferias del libro, librerías, festivales infantiles y fiestas privadas, digamos que existe un buen panorama, formación, asistencia y mercado, tanto de gobierno como de iniciativa privada. Creo que en casi todo el país, sobre todo en zonas urbanas existe la misma condición, con sus excepciones. Hay programas de gobierno y muchas editoriales que programan narradores para la promoción de sus publicaciones.

En relación a otros públicos de edad o regiones, nos falta promoción. Aunque un buen porcentaje de narradoras y narradores trabajan con adolescentes y adultos, las instituciones artísticas, culturales o educativas, o los espacios de esparcimiento no siempre programan narración oral para los mayores, hay un prejuicio de creer que los cuentacuentos son solo para la niñez.

¿Los organizadores culturales del estado de tu país promueven la Narración Oral con identidad propia, o la incluyen como parte accesoria de otras disciplinas artísticas?

Hay muchos programas de promoción de la lectura donde la mediación y la narración oral se vuelve pieza clave para la identidad del país, y es el estado, el que mayor oferta provee, aunque también hay otras organizaciones sociales o editoriales que lo hacen. 

La mayoría de programas son enfocados a la publicación de libros, más que de narradores orales, y están a cargo de la Secretaría de Cultura Federal o las representaciones en los estados (provincias, alcaldías y municipalidades), algunos promueven a escritoras y escritores mexicanos, mitos y leyendas de tradición étnica, indigena o de pueblos originarios. También hay publicaciones de mujeres o personajes destacados de la historia. O mitos urbanos de nuevos imaginarios colectivos. Sin embargo la narración oral queda a cargo de narradores con formación, que transmiten a través de la oralidad estas publicaciones o leyendas de la transmisión oral que pasa de boca en boca, pero hay pocos narradores de origen etnico, y no es que no existan, es la centralización, la que invisibiliza sus voces. Sin embargo hay muchos narradores que desde su comunidad, realizan importante labor, pero no es el estado quien promueve, son ellos con sus colectivos y medios al alcance.

En cierta medida es accesoria, y creo que tiene que ver con voluntades de la política cultural en turno. Ha habido programas que albergan esta transmisión oral desde las voces de los pueblos o las comunidades, o en forma conjunta con narradores de las zonas urbanas especializados en la materia, pero pierden continuidad por los cambios de gobierno, las reformas o los recortes presupuestales. 

Cabe destacar que existen sesenta y ocho pueblos indígenas, con sus lenguas originarias y variantes dialectales, once millones de habitantes. Aunque hay publicaciones en todas las lenguas, se han centrado en la literatura, sin tomar en cuenta la narración oral. Tenemos mucho que trabajar desde esa parte.

¿Qué tipo de repertorio utilizan la mayoría de los narradores? Me refiero si cuentan tradición oral o cuentos de autor

Considero que narramos de ambos repertorios, muchas narraciones o mediaciones de lectura son de autores, y muchas desde la tradición oral o desde la inventiva, por fortuna habemos de todo tipo de narradores en el país. Un mayor porcentaje trabaja con autores, porque en su mayoría son programas de fomento a la lectura o las artes. Pero en otras áreas, más acercadas a las lenguas indígenas u otras disciplinas, se basan en la tradición oral. Creo que a la mayoría de narradoras y narradores nos gusta narrar ambos repertorios, no se comparan, ambos tienen sus maravillas e imaginarios.

¿Cuáles son los autores favoritos a la hora de narrar? ¿Cómo manejan el tema del derecho de autor? ¿Solicitan autorización para contar sus obras?

Creo que nos influimos de las publicaciones de la época, autores que están premiados o tienen acuerdos para publicaciones en el país, como lo es el Fondo de Cultura Económica y el acervo de la Dirección de Publicaciones, que constantemente cambia por los periodos de gobierno. Narramos de todo. En general hay dos criterios, por un lado el repertorio y elección de cuentos del narrador oral, que puede juntar autores y publicaciones de varias épocas y autores, porque su sesión gira en torno a un tema, o bien por encargo en donde se desempeña, que va desde salas de lectura, bibliotecas, librerías, jornadas con editoriales, ferias, festivales, etc. donde solicitan sea narrado el material que tienen o promueven. Algunas ferias, solicitan que narres cuentos que promuevan su colección, algunas con una excelente curaduría y mucho material para poder escoger y contar, cuyos derechos autorales, no son un problema.

Hay quienes narran puros cuentos clásicos y hay quienes narran puros contemporáneos.

Creo que falta comunicación con los autores, es un país grande y no todos los cuentos son nacionales. Lo que sí, en la mayoría de las sesiones de cuentos, se dice el autor y la editorial, y aunque sea una versión adaptada a la narración oral, se hace mención del cuento original.

Hablemos de festivales.¿Cómo se organizan, qué características tienen en tu país? 

La mayoría de los festivales especializados en narración oral, son independientes, aunque tengan convenios, subvención o financiamiento del estado. Son iniciativas de organizaciones, colectivos y agrupaciones con mucha o poca trayectoria que año con año emprenden en realizar una buena programación de narradores nacionales y extranjeros, además de charlas y talleres. Hay grandes proyectos consolidados desde hace tres décadas, como FINO Cuentalee, AMENA AC y Palabras al viento, entre otros, a lo largo y ancho del país. Cada uno, tiene sus encantos y maravillas. Algunos festivales los organiza el estado a través de sus instituciones, pero a mi punto de vista, los mejores son las iniciativas independientes y comunitarias. 

En todos los estados existen festivales culturales del estado e independientes, estatales y locales, y en su mayoría, contemplan dentro de su programación la narración oral.

También tenemos ferias del libro en todo el país, donde algunas contemplan la narración oral dentro de su programa al público, con sus excepciones de libros de ciencias, que a veces pueden tomar en cuenta a la narración oral.

Existen también en casi todos los estados, jornadas y caravanas, que se realizan de forma eventual, dependiendo quien las promueva o financie, como es frecuente se diluyen por falta de presupuestos, continuidad por cambio de gobernantes o voluntad política.

Digamos que el país está lleno de opciones de todo tipo, donde se contempla la narración oral, o especializados y temáticos, sin embargo, habemos más narradores que festivales.

Tenemos mucha oferta cultural, pero el país es tan grande y diverso, que demandamos más allá de la oferta que existe. Nos falta mucho por emprender y abarcar.

¿Qué es para vos, contar cuentos? ¿Qué es la Narración Oral?

Para mi, la narración oral lo abarca todo. Contar cuentos e historias de la tradición oral. Narraciones basadas en autores. Espectáculos de narración oral, con más elementos de interdisciplina, nuevas tendencias de narración oral, fusión con otras disciplinas escénicas, como danza, cabaret, música, etc.. Narración oral con mediación de lectura y fomento lector. Video-narraciones. También es academia, investigación, centros de formación, publicaciones, foros, charlas, círculos, conferencias y otras opciones para compartir conocimiento y reflexionar sobre el tema. Desde luego es cuentacuentos. Contar cuentos requiere de conocimientos de todo tipo, empíricos o escolarizados,  todos ellos forman parte de un contador de historias. Creo que muchos, cuando menos en mi país dividen la narración oral de contar cuentos, porque, aunque se realiza la misma acción de contar un cuento a través de la oralidad, el cuentacuentos a veces tiene contenidos comerciales, clichés y réplicas de las grandes empresas del entretenimiento.

Contar cuentos para mi, es narración oral, aunque en la narración oral se puede integrar otras formas literarias que no son exclusivamente el cuento.

Cuéntanos cómo comenzaste a narrar. ¿Quiénes fueron tus maestros?  ¿Qué es lo que tiene que tener el cuento para que sea perfecto para incorporarlo en tu repertorio? Con la pandemia, ¿cómo sigue el trabajo de los narradores?

Tratare de responder por pregunta, porque me parece que son varias y distintas, aunque en el mismo tenor.

Comencé a recitar desde niña, y a leer en voz alta. Luego comencé a ser narradora oral hace unos veinticinco años, primero como lectora en voz alta y tomé talleres en el Instituto de Cultura del Distrito Federal, tuve un libro club y ahí practique bastante, pero antes de este primer curso de lectura en voz alta y narración, fui maestra de preescolar desde los quince años, primero de auxiliar, luego interina y luego tuve grupo durante cinco años. Crecí en una escuela, mi madre tenía un colegio privado, cuyo sistema era escuela activa. Aprendí en la observación y la práctica, que la narración oral, es una de las mejores herramientas pedagógicas para abordar temas. Al principio trabajé con mi madre, después en el Gobierno del Estado de México y colegios privados. A diario, sin ser consciente del todo, abordaba los temas con cuentos. Fui maestra de taller de ciencias del Sistema de Aprendizaje Operatorio también en preescolar, y diario, contaba historias de animales y fenómenos de la naturaleza, de esa forma era divertido para mi y para ellos. Sin embargo era una herramienta didáctica, pedagógica y metodológica. Creo que ahí comenzó. Posteriormente fue el libro club, luego comencé a dar sesiones para el Programa Alas y raíces a los niños mexiquense, y seguí narrando en donde me invitaran. Antes, no me acerqué al gremio de la narración oral, porque me formé como gestora cultural, casi a la par, y gran parte del tiempo me dedico a ser coordinadora o líder de proyectos artísticos y culturales. En la narración oral, soy autodidacta, y cada año curso un taller de actualización de artes plásticas, de narración oral y de gestión cultural, el año pasado tomé talleres con Mamita de León, Claudio Ledesma y Sakiko Yokoo, Y este año con Hena Carolina, Armando Trejo y creación literaria con Mauricio Carrera. Nunca se deja de aprender, es bueno actualizarse.

Cuando voy a seleccionar un cuento, lo primero que busco es que salga de la línea, que tenga puntos de ruptura, ópticas de imaginarios distintos, ya sea por el tema, por los personajes, por que habla de diversidades o es un anti-cuento. También me gustan los cuentos cortos, repertorios que permiten saltar de un cuento a otro dejando descansar al público, aunque admiro esos montajes de un solo cuento largo. Mi estilo es de chismosa, me gusta hacerle creer al espectador, ya sea en su asiento o a través de la cámara, que sucedió, meterlo a la ficción. Me gusta apropiarme de los cuentos y contextualizarlos a mi entorno o el de mi público. También me gusta contar anécdotas de personas que me cuentan o me pasaron, sobre todo las de fantasmas, me gustan más que las leyendas, incluso me encantaría que se volvieran un imaginario colectivo como las leyendas, sería feliz de escuchar en alguien más qué pasó eso. 

Yo formo parte de la Compañía Fonámbules del teatro, somos una familia de comediantes que desde hace veintiséis años hacemos teatro en interdisciplina. Convivir a diario con mi familia, me ha generado muchas posibilidades, porque el clown es una de las técnicas base de nuestra compañía. Mi narración oral siempre gira en torno a la comedia, soy chistosa de forma natural. Últimamente trato de hacer otros géneros, ya que siempre cuento para niñas y niños, lo cual es mi fuerte, pero he empezado a narrar relatos eróticos o trágicos, tengo mucho que explorar aún. Siento que aunque llevo varios años narrando, soy nueva en la narración oral.

Miro dos lados del confinamiento por el COVID 19.

Por un lado, está fatal. La pandemia nos paralizó. Vivimos incertidumbre, falta de ingresos y trabajo. Muchos programas cancelados y proyectos caídos. Fondos de cultura destinados a otras áreas. Un panorama triste para el sector cultural y educativo. 

La narración oral se lleva a cabo en lo colectivo, escuelas, bibliotecas, salas, teatros, etc. espacios cerrados, donde las opciones se reducen y modifican. Quienes se dedican solo a narrar, y no se metieron a la fila de los pocos contratados, o forman parte de la mafia cultural, no les está siendo nada fácil el confinamiento.

Esta situación, ha generado una rápida mudanza a las actividades on line, con los retos que representa el analfabetismo digital, aun para los millennials, porque no hay lugar a donde la tasa de transferencia o transmisión no esté saturada, o los dispositivos no sean ideales.

Por otro lado, la narración oral encontró en las redes sociales, un espacio de visibilización importante. Quienes no se dedican a la narración oral, están contando cuentos para expresarse. Y es que la narración oral no se hace en lo colectivo, como otras disciplinas artísticas, por eso existe tanta producción de cuentacuentos en las redes. He visto con gusto, crecer canales, páginas y seguidores de proyectos, muchos narradores producir con habilidad, generando espacios de expresión, comunidad y academia en lo virtual. Ha sido muy grato contar con públicos de muchos lugares del mundo, y ser espectadora de otros creadores de américa latina y tejer redes. Esta mudanza apresurada y caótica en sus inicios, ha ido tomando forma y rutas para su desarrollo, de manera más sencilla, que a otras disciplinas, que no pueden llevarse a cabo desde casa. Digamos que los imaginarios, circulan ahora por las redes, y aunque digamos en el gremio, que hay demasiados video-cuentos, son pocos comparados con videomemes de youtube y tiktok. Celebro el nivel de participación,  cada vez mayor y de todo tipo de calidades y contenidos.

En la comunidad virtual, también tenemos mucho que hacer, y emprender para tener mejores resultados.

Puedes dejarnos tu página Web o tus redes sociales para que los lectores puedan contactarse contigo

Desde luego me encuentran en Facebook: @PenelopeRiveraAc  También en Instagram: @penelope-rivera-ac

Y para terminar:  Un deseo  que quieras compartir con nosotros.

Deseo que se acerquen a la narración oral, ya sea como público, utilizando la narración como una herramienta que fortalezca su trabajo, para ser profesionales o simplemente como un espacio de expresión, para seguir contando las miles de historias que aún no han sido narradas.

Agradezco la entrevista y mando un abrazo fuerte desde esta coordenada.

Muchas gracias a tí, Penélope. Siento que me envuelve ese tono mexicano, ese decir bello en cada una de tus palabras. Que los cuentos nos encuentren y las historias nos sigan hermanando.

Puntuación: 1 de 5.

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