Leer en voz alta es uno de los mejores regalos que se pueden dar a las infancias. Una actividad simple que puede tener una fuerte influencia en la vida del lector de los niños. A veces un acto pequeño y fácil es mucho más efectivo que muchas actividades sofisticadas. En esa línea, te voy a sugerir algunas ideas para conversar con los niños después de leer un cuento.
Es frecuente que, después de haber logrado terminar la lectura de un libro en una lectura compartida o silenciosa, damos por realizado el objetivo de la lectura. Sin embargo, el acto socializador de lo que leemos es tan importante como la propia lectura. Leer un libro suele ser una invitación a la conversación y tanto los padres como los mediadores les gusta tener buenas conversaciones con los niños. Hablar con los niños sobre sus lecturas es como encender una linterna en el fondo de una gruta: «¿Has visto eso?… Mira ahí… vamos a ver lo que tenemos aquí…»
La buena conversación comienza con una buena pregunta
Una buena pregunta conduce a algún lugar en el pensamiento. Muchas veces, los niños están más interesados en dar una respuesta rápida que en pensar en la pregunta. Por lo tanto, las preguntas tales como : Qué te llamó la atención? ¿Qué pensas de esto? Son caminos que invitan a la explotación más que a una respuesta.
Buscar puntos de interés de los niños
Muchos libros se ocupan de más de un tema, seguramente encontrarás algún asunto personal para compartir con los niños. A continuación te dejo 10 puntos a tener en cuenta para pensar en las preguntas.
1. Preguntas directas para dar sentido a la historia
Muchos niños necesitan entender la historia antes de entender su significado. Algunas preguntas pueden ser dirigidas para revisar los aspectos principales de la trama. Los niños que comprenden mejor las historias se transforman en lectores con más confianza, y esa seguridad les proporcionará mayor placer en sus futuras lecturas.
2. Reformular las preguntas
Si se da cuenta de que los niños no tienen en cuenta que no entiende la pregunta, dar una mano. Es posible utilizar diferentes palabras o ayudar con adjetivos. ¿Cómo crees que es Matilda? ¿Es valiente, independiente, curiosa, tímida, generosa? Una parte importante de la conversación va en el sentido de contribuir con el desarrollo del uso de las palabras para expresarse mejor y facilita que los niños tengan un mayor dominio de la lengua.
3. Hacer conexiones personales con la historia
¿Qué habría hecho si lo mismo ocurrió con el personaje principal había sucedido a usted? Tales conexiones ayudan a relacionar las historias con sus vidas. La conversación es menos hablar sobre las figuras o el contenido del libro que sobre su significado.
4. Sea paciente
No se hace un buen «hablador» de la noche al día. Es necesario tener paciencia para dejar que los niños encuentren su manera de expresarse, sin ahogarlos con comentarios y preguntas. Si usted hace muchas intervenciones, al final usted será el único a hacer comentarios sobre los libros.
5. Escuchar
Dé tiempo para que los niños piensen antes de responder. Si usted hace una pregunta, dé tiempo para que ellos piensen y respondan. Pregunte, haga un pequeño comentario y espere. Demuestre que usted sabe escuchar y que se escuchan. Esto es muy importante para tener una buena conversación.
6. Todas las respuestas son buenas
Charlar es contrastar diferentes puntos de vista, escuchar diferentes opiniones, y las diferencias de cambio. En este sentido, todas las respuestas son buenas y deben tenerse en cuenta. Recuerde que una buena conversación no trata de las respuestas, sino de las preguntas.
7. Dé a sus propias opiniones
Una conversación no es tanto hablar de lo que sabe del libro, sino de lo que se piensa en ello. Concentra tus comentarios en este aspecto, para tener más profundidad y para que los niños se sitúen en un mismo nivel.
8. Dirigir la conversación
No se conforme con respuestas obvias: los niños tienen el hábito de responder tan pronto como sea posible. Una conversación es un paseo, no una carrera. Ayúdales a desarrollar un espíritu original y crítico.
9. No deje el sujeto
A veces, las conversaciones se derivan de temas no relacionados con el libro. Trate de controlar esto con algunas preguntas que los traigan de vuelta al tema.
10. Una conversación no termina
No trate de llegar a cualquier punto en particular, nada más que hablar de una historia. Termine cuando ambos quieran, a la hora de la cena, o cuando el tema se agote.
Fuente: Ana Garralón l 13 de febrero de 2012I La formación de jugadores
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Te mando un abrazo. Nos leemos entre cuento y cuento.
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